SANTO DOMINGO.-En el 50 aniversario del asesinato del líder de la revolución de Abril de 1965 y el desembarco guerrillero de Playa Caracoles, presidente constitucional Francisco Alberto Caamaño Deñó, continúa la incógnita sobre el paradero de su cadáver.
Los insistentes reclamos de su familia, amigos, organizaciones y sociales para para localizarlo y llevarlo al lugar que le corresponde en el Panteón Nacional han sido infructuosos.
El coronel Caamaño Deñó, de 40 años de edad, fue asesinado el 16 de febrero de 1973 por órdenes del entonces presidente de la República Joaquín Balaguer.
Trece días antes, el 3 de febrero de 1973, había desembarcado en el país al frente de un comando guerrillero de integrado por 9 hombres, con el firme propósito de derribar con las armas el oprobioso régimen balaguerista.
El grupo, completado por Heriberto Lalane, Toribio Peña Jáquez, Hamlet Hermann, Claudio Caamaño, Mario Nelson Galán, Alfredo Pérez Vargas, Ramón Euclides Marte y Juan Ramón Payero, entro por Playa Caracoles, provincia de Azua.
Llegaron en el yate Black Jak procedente de Guadalupe, en el Caribe Oriental, luego de recibir entrenamiento guerrillero en Cuba.
El día de su muerte, fue localizado por el alto mando militar del régimen balaguerista en el paraje Nizaíto, en la cordillera Central.
La búsqueda del cadáver de Caamaño Deñó continúa, a pesar de testimonios, como el de su compañero de armas, ingeniero ingeniero Hamlet Hermann, indican que el líder revolucionario fue capturado vivo por las tropas del Ejército Nacional y unas tres horas después fusilado y su cadáver quemado.
El 21 de febrero de 1981, luego de mucha presión social, política y familiar, el entonces presidente, Antonio Guzmán y el secretario de las Fuerzas Armadas, teniente general Mario Imbert McGregor, dijeron desconocer dónde estaban los restos del coronel Caamaño Deñó y sus acompañantes.
El 8 de abril de 1987, el entonces presidente Joaquín Balaguer, a través del Secretario de la Presidencia , Luís Toral Córdova, ordenó al general Antonio Imbert Barreras, Secretario de las Fuerzas Armadas dominicanas brindar las facilidades de lugar para recuperar los restos de los guerrilleros.
El 3 de mayo de 1987 fueron desenterrados de una fosa común en la cordillera Central unos restos humanos que, según el gobierno balagueristas, pertenecían al coronel de Abril y Heberto Lalane José, los cuales fueron entregados a sus familiares.
El 2 de diciembre del 2013, la Procuraduría General de la República, a través del Instituto Nacional de Ciencias Forenses (INACIF), dio a conocer el resultado de la autopsia por exhumación realizada a los supuestos restos óseos del coronel asesinado.
El estudio reveló que esos restos no guardan relación biológica con las pruebas de ADN tomadas a los familiares del héroe nacional.
Según el informe del INACIF, para la identificación humana por ADN, se tomaron tres muestras de las cuales dos fueron útiles, obteniendo de estas un perfil genético masculino único, el cual fue comparado con los perfiles genéticos de los señores Francis Alberto Caamaño Acevedo, Alberto Alexander Caamaño Acevedo, Freddy Rafael Caamaño Deñó y la señora María Milagros Caamaño Deñó”.
Durante una reciente conferencia en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), sobre con motivo del 50 aniversario de su muerte, su hijo Alberto Caamaño Acevedo, manifestó su deseo por saber dónde están los restos de su padre.
