La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, hizo este jueves historia al aceptar la nominación del Partido Demócrata a la Casa Blanca, convirtiéndose en la primera mujer afroamericana y la primera persona de origen sudasiático en lograrlo.
«En nombre de todos aquellos cuya historia solo podría escribirse en la mayor nación de la Tierra, acepto su nominación para ser la presidenta de los Estados Unidos«, dijo Harris.
Sus palabras fueron recibidas con una estruendosa ovación y gritos de alegría por las miles de personas congregadas en el estadio United Center de Chicago, donde se celebró esta semana la Convención Nacional Demócrata, que alcanza hoy su punto álgido con el discurso en el que Harris se convierte oficialmente en la candidata del partido.
Cuando Harris levantaba la vista podía ver a cientos de mujeres vestidas de blanco, el color que unía a las sufragistas y con el que querían demostrar que sus protestas no eran agresivas, además de simbolizar pureza, moralidad y legitimidad en su lucha.
Hasta ahora, solo una mujer había recibido la nominación presidencial demócrata: Hillary Clinton, quien en 2016 optó por el blanco para aceptar la candidatura en la convención del partido celebrada en Filadelfia.
Harris, vestida de azul oscuro, utilizó su discurso, transmitido en directo por las principales cadenas de televisión del país, para narrar su historia personal, criticar al candidato republicano y expresidente Donald Trump, y explicar sus principales propuestas políticas.
La vicepresidenta se convirtió en candidata de manera inusual porque, a diferencia de anteriores nominados, no se sometió a un proceso de primarias.