Dos consejeros económicos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendieron este domingo la necesidad de una expeditiva reapertura económica pese a que la pandemia sigue activa y se ha colado incluso en la Casa Blanca.
Los comentarios del secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, y de Larry Kudlow, consejero económico presidencial, llegan apenas dos días después de conocerse un récord histórico de desempleo, con una pérdida de 20.5 millones de empleos en abril, y con casos del nuevo coronavirus aún en alza en varios estados.
Además, en los últimos días, dos empleados del “ala oeste”, donde se encuentra la Oficina Oval -un militar al servicio del presidente y la portavoz del vicepresidente Mike Pence- dieron positivo al nuevo coronavirus, a pesar de las estrictas precauciones sanitarias tomadas allí.
A raíz de estos casos, tres miembros de primera línea de la unidad de crisis de la presidencia encargada de coordinar la lucha contra la COVID-19 decidieron entrar en cuarentena preventiva por su posible exposición al virus.
Entre ellos está el epidemiólogo Anthony Fauci, quien aconseja diariamente a Trump, así como el director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), Robert Redfield, y Stephen Hahn, jefe de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).
Las personas que se acercan al presidente y al vicepresidente son sometidas continuamente a pruebas de despistaje.
Confiar en las empresas
El asunto ha sido dominante en las transmisiones noticiosas de este domingo en la televisión estadounidense. Si en esas condiciones la presidencia no ha quedado exenta del virus, ¿cómo puede un estadounidense común retomar el trabajo sin temor a resultar contaminado?
“La Casa Blanca es un contexto enorme, de al menos 500 personas, probablemente muchas más”, dijo Kudlow a la cadena ABC. “Los que han dado positivo solo son una pequeña porción”, insistió, sin precisar un número.
Luego defendió la voluntad presidencial de “reabrir la economía” para hacer frente a las “horribles” cifras de desempleo.
“¿Por qué no confiar en las empresas?”, siguió Kudlow. “Ellas saben, de su lado, que la gente debe ser protegida” y, “de otro lado, que es necesario reactivarse lo antes posible para enfrentar el problema económico, la recesión por la pandemia”, dijo.
Las recomendaciones federales y estatales, en conjunto con la innovación en el sector privado, deberían permitir una reapertura relativamente segura, argumentó Kudlow, aunque advirtió sobre futuras tasas de desempleo que podrían exceder el 20% este mes o el próximo.