El arresto arbitrario de la activista dominicana por los derechos humanos Mildred Ylena Vargas el pasado 1 de agosto ha puesto otra vez de manifiesto la política discriminatoria de la Dirección General de Migración en contra de las personas negras, lo que pone en evidencia tanto el racismo como el colorismo que atraviesa a las autoridades.
Mildred Yleana Vargas fue apresada en un autobús cuando se dirigía a Punta Cana. La activista cuenta que estaba dormida y despertó asustada por el ruido cuando los agentes de Migración solicitaban documentos a los pasajeros. Los agentes malinterpretaron su reacción y asumieron que se ocultaba porque era indocumentada.
Ella pidió a los agentes que le permitieran buscar sus documentos de identidad dominicanos en su cartera, pero fue obligada a bajar del autobús y quedó arrestada. “Cuando abrí los ojos, pensé que nos estaban atracando, luego es que me doy cuenta de que son oficiales de migración, pero actúan muy rápido, no dan tiempo a que una se recupere y pueda controlar la situación. Mientras estaba en el camión, mal oliente, veía que a quienes pasaban dinero por las rejas los dejaban salir”, ha contado la activista, quien posteriormente fue liberada.
Este no es un caso aislado. Otras dominicanas negras, como Cristina Martínez (arrestada el año pasado, a pesar de tener una enfermedad mental), de San Cristóbal, han sido vejadas por agentes de Migración, que han puesto en peligro su integridad.
La Dirección General de Migración también ha continuado con la práctica de separar a madres inmigrantes de sus niños y niñas. Las madres son deportadas sin que se siga el debido proceso legal ni se tome en cuenta el bienestar de las infancias. Además, el hacinamiento de los centros de detención aumenta el riesgo de que las mujeres detenidas sufran violencia sexual.
Ante estas políticas, que atentan contra los derechos humanos, el Foro Feminista Magaly Pineda exige a las autoridades que tomen medidas para proteger la vida y la integridad de las mujeres y hombres negros, las madres migrantes, sus niños y niñas, y de toda la población haitiana en el país.