Una mujer de Chicago que vendió ropa de bebé a una mujer embarazada y la atrajo a su casa con la oferta de más prendas, fue acusada de asesinato después de que supuestamente estranguló a la mujer y le cortó el vientre para extraerle al bebé, informó el jueves la policía.
Clarisa Figueroa, de 46 años, aparentemente quería criar a otro niño dos años después de que su hijo adulto falleciera de causas naturales, señalaron los investigadores.
“No hay palabras para expresar lo repugnantes y perturbadoras que son estas acusaciones”, dijo el superintendente de la policía Eddie Johnson, en una conferencia de prensa para anunciar los cargos de asesinato en contra de Figueroa y su hija de 24 años, Desiree Figueroa. El novio de la madre, Piotr Bobak, de 40 años de edad, enfrenta cargos por encubrimiento de homicidio.
Los cargos se presentan tres semanas después de que Marlén Ochoa López, de 19 años, desapareció, y un día después de que su cuerpo fue encontrado en un bote de la basura en el patio trasero de la residencia de Figueroa en el sur de la ciudad, a unos 6 kilómetros (4 millas) de la casa de la víctima.
Según la policía, la joven salió de su escuela secundaria y condujo a la residencia de Figueroa en respuesta a un anuncio de ropa para bebé gratis que Figueroa publicó en Facebook. A su llegada, relató la policía, fue estrangulada y le abrieron el vientre para sacarle el bebé.
Horas más tarde, Figueroa llamó desesperada al número de emergencias 911 para decir que su bebé recién nacido no estaba respirando. Cuando llegó el personal de emergencias, el niño estaba azul. Intentaron reanimar al bebé y lo trasladaron a un hospital cercano donde, según las autoridades, permanecía en estado grave y no se prevé que sobreviva.
La policía no relacionó la desaparición de la mujer y la llamada al 911 sobre el bebé sino hasta el 7 de mayo, cuando amigos de Ochoa López condujeron a los detectives hacia su cuenta en la red social, en la que se demostró que se había comunicado con Figueroa en un grupo de Facebook sobre mujeres embarazadas.
Al mismo tiempo, Clarisa Figueroa había iniciado una campaña de GoFundMe para el funeral del que, aseguró, era su bebé moribundo, señaló Sara Walker, portavoz de la familia Ochoa López.
Entonces, la policía practicó análisis de ADN que demostraron que Ochoa López y su esposo, Yiovanni López, eran los verdaderos padres del bebé, comentó Walker.
Cuando la policía llegó a interrogar a Figueroa, su hija les dijo que su madre estaba en el hospital debido a una lesión en la pierna, antes de declarar que acababa de tener a un bebé, comentó Brendan Deenihan, jefe adjunto de detectives.
“Contó una historia sumamente extraña” y los agentes “más o menos sabían hacia dónde iba”, dijo Deenihan.
Entonces, la policía peinó el vecindario y encontró el vehículo de Ochoa López a unas cuantas cuadras. El martes, volvieron con una orden de cateo y encontraron artículos de limpieza, así como evidencia de sangre en el pasillo y el baño. Más tarde encontraron el cuerpo en un bote de basura ubicado en la parte posterior y recuperaron video de vigilancia que mostraba el vehículo de la víctima en el vecindario el día en que se cree que fue asesinada, indicaron las autoridades.
La familia de Ochoa López había estado buscándola desde que desapareció el 23 de abril, organizando grupos de búsqueda y ofreciendo conferencias de prensa con el fin de presionar a la policía sobre actualizaciones en la investigación.
Su padre, Arnulfo Ochoa, dijo que sus familiares agradecen que la hayan encontrado. Ahora quieren justicia. La familia también se prepara para la muerte del bebé, aunque aún con la esperanza de un milagro.
“Que Dios no dé ese milagro de que ese angelito esté con nosotros y vea a toda su familia. Porque es una bendición que dejó mi esposa”, dijo Yiovanni López afuera de la morgue a la que fue trasladado el cuerpo de su esposa.
Los tres sospechosos tienen comparecencias programadas para el viernes ante un tribunal de fianzas.
