La cifra de muertos del terremoto del 6 de febrero en Turquía y Siria ascendió a más de 41.000, según los recuentos oficiales actualizados, mientras Naciones Unidas solicitó 1.000 millones de dólares para afrontar la creciente crisis humanitaria.
Once días después del terremoto, los rescatistas lograron extraer de los escombros a una adolescente de 17 años.
“Se veía con buena salud. Abrió y cerró sus ojos”, indicó Ali Akdogan, minero de carbón, tras participar en el rescate de Aleyna Olmez en Kahramanmaras, una ciudad cerca del epicentro del sismo.
Sin embargo, la esperanza de encontrar sobrevivientes se ha desvanecido ampliamente.
Muchos en las zonas afectadas enfrentan una emergencia paralela conforme tratan de recoger sus pertenencias en medio del frío extremo, sin comida, agua o sanitarios, aumentando las posibilidades de que el desastre escale por cuenta de las enfermedades.
“Las necesidades son enormes, la gente está sufriendo y no hay tiempo que perder”, alertó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un comunicado, donde solicitó fondos para socorrer a las víctimas.
Aseguró que las contribuciones darían alivio por tres meses a 5,2 millones de personas.
El dinero “permitiría a organizaciones de ayuda aumentar rápidamente el soporte vital” en áreas como la seguridad alimentaria, protección, educación, agua y refugio, añadió.
“Insto a la comunidad internacional a intensificar y financiar completamente este esfuerzo crucial en respuesta a uno de los peores desastres naturales de nuestros tiempos”.
Funcionarios y médicos dicen que 38.044 personas han muerto en Turquía y 3.688 en Siria desde el terremoto del 6 de febrero, para un total de 41.732 muertes confirmadas.
El presidente turco, Tayyip Erdogan, rechazó las acusaciones según las cuales su gobierno fracasó en dar respuesta al desastre natural más mortífero del país en los últimos tiempos.
Nuevos rescates
Aleyna Olmez, de 17 años, fue rescatada 11 días después de que se produjera el terremoto de magnitud 7,8.
“Hemos estado trabajando aquí, en este edificio, desde hace ya una semana (…) Vinimos con la esperanza de escuchar algo”, afirmó un minero que participó en las labores de rescate en Kahramanmaras, una ciudad próxima al epicentro del sismo.
“Nos alegramos cuando encontramos algo con vida, aunque sea un gato”, agregó.
El tío de joven, llorando, abrazó uno por uno a todos los socorristas, diciéndoles: “Nunca los olvidaremos”.
El canal NTV indicó luego que Neslihan Kilic, una mujer de 20 años, fue rescatada 258 horas después del primer temblor en esa misma ciudad.
Según CNN Türk, más de 250 personas fallecieron en el complejo donde fue hallada con vida la joven Kilic.
Turquía suspendió las labores de rescate en algunas regiones. El gobierno de Siria tomó la misma medida en las zonas que están bajo su control.
Por otro lado, un hombre de 55 años y procedente de Ankara, fue detenido en la provincia turca de Hatay (sur) mientras intentaba robar un bebé en un hospital, aprovechando el caos generado por el sismo, informó la agencia de prensa oficial Anadolu.
El hombre se presentó como un ex responsable de la policía en el establecimiento, situado en la ciudad de Samandag, y reclamó un bebé, indicando su nombre, según Anadolu.
Fue detenido y esposado, y estaba en posesión de varios documentos de identidad falsos.