Un ataque de China contra Taiwán sería un “error estratégico”tan grave como la invasión rusa de Ucrania, dijo el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos.
“Creo que sería imprudente, sería un error político, un error geopolítico, un error estratégico, similar al error estratégico que cometió (el presidente ruso, Vladimir) Putin en Ucrania”, sostuvo el general Mark Milley en conferencia de prensa. De todas formas, consideró que ningún ataque a la isla autónoma china sería inminente.
Pero dijo que cree que el presidente de China, Xi Jinping, quien acaba de ganar un tercer mandato como líder supremo del país y considera la unión de Taiwán con China como alta prioridad, es un “actor racional”.
“Creo que (Xi) concluiría que un ataque a Taiwán en el futuro cercano sería un riesgo excesivo y terminaría en una debacle estratégica para el ejército chino”, declaró Milley a los periodistas.
Eso detendría el impulso de China para convertirse en la principal potencia económica y militar del mundo, dijo Milley.
En ese sentido, consideró que la vigente invasión rusa de Ucrania lanzada en febrero, que se ha estancado frente a la resistencia inesperadamente fuerte de tropas de Kiev fortificada con armas de Occidente, ofrece lecciones.
“Una de las cosas que la gente está aprendiendo es que la guerra en papel es muy diferente a la guerra real”, dijo.
“Cuando se derrama sangre, muere gente y se explotan tanques reales, las cosas son un poco diferentes”, acotó.
Estados Unidos explicó que está observando “de cerca” las posibles acciones militares de China contra Taiwán y aseguró que están totalmente preparados ante cualquier posible ataque a la isla.
“Lo observamos de cerca. Estamos militarmente preparados y una de las claves ahora es asegurarse de que Taiwán pueda defenderse”, apuntó Milley en una rueda de prensa.
El militar señaló que una de las “muchas lecciones aprendidas” de la contienda en Ucrania es que “la guerra en el papel es muy diferente a la guerra real, cuando se derrama sangre y la gente muere” y destacó que el Ejército chino “no ha peleado en combate desde que luchó contra los vietnamitas en 1979″.
“Estarían jugando a un juego muy peligroso invadiendo la isla y no tienen la experiencia ni los antecedentes para hacerlo. Todavía no se han entrenado para ello”, agregó.
Milley explicó que, aunque no conoce personalmente al presidente chino, Xi Jinping, lo considera como una persona “racional” que “tomará decisiones basadas en lo que cree que es su interés nacional”.
“Creo que evalúa las cosas según el costo, el beneficio y el riesgo”, afirmó.
Aun así, añadió el general, EEUU “está observando de cerca cuánta capacidad anfibia tienen, cuánta capacidad aerotransportadora tienen. Ahora podrían bombardearlo, podrían lanzar misiles. Podrían atacar Taiwán, pero tomarla es una tarea militar muy difícil de hacer”.
La isla es uno de los mayores motivos de conflicto entre China y Estados Unidos, debido sobre todo a que Washington es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado militar en caso de conflicto bélico con China.
Taiwán -adonde se retiró el ejército nacionalista chino tras la derrota contra las tropas comunistas en la guerra civil- se ha gobernado de manera autónoma desde 1949, aunque China reclama la soberanía de la isla, que considera una provincia rebelde para cuya reunificación no ha descartado el uso de la fuerza.
Las tensiones en torno a la isla se exacerbaron el pasado agosto a raíz de un viaje a la isla de la presidenta de la Cámara Baja de EEUU, la demócrata Nancy Pelosi, a lo que Beijing respondió con los mayores ejercicios militares en torno a la isla en décadas, además de sanciones comerciales sobre Taipéi.
Durante su encuentro en Bali en la víspera de la cumbre de líderes del G20, el presidente estadounidense Joe Biden dijo a Xi que Washington no ha cambiado su política de Una Sola China, pero reiteró que se opone a “cualquier cambio unilateral en el statu quo” de cualquiera de las partes.
Por su parte, Xi advirtió a Biden que Taiwán es “la primera línea roja que no se debe cruzar” y aseguró que espera que EE.UU. haga “honor a su promesa” de no apoyar una eventual independencia de la isla.