Asegura nunca haber fumado siquiera un cigarrillo común
NUEVA YORK.- La dominicana Elizabeth Tejada, acudió al hospital Mercy Medical Center porque se sentía un dolor en el pecho, creyendo que estaba siendo víctima de un infarto, pero en el nosocomio, después de examinarla y hacerle los análisis, le diagnosticaron que ella estaba afectada por una sobre dosis de marihuana.
Isabel, que asegura nunca haber fumado siquiera un cigarrillo común, se quedó boquiabierta y sorprendida por el resultado errático y está reclamando que el hospital le restituya su buena imagen y credibilidad.
“Le dije a mi hijo que llamara al 911”, relató ella, explicando que el dolor en el pecho aumentaba por lo que creía que se estaba muriendo.
Dijo que pasó toda la noche en el hospital, donde la sometieron a numerosos exámenes, diciéndole que no tenía nada y le preguntaron que si fuma y consume alcohol o sustancias controladas, a lo que respondió que no.
Cuando fue al doctor, el médico la conminó a dejar de fumar marihuana.
“Usted, lo que tiene que hacer es dejarse de estarse dando tanta sobredosis de marihuana”, le replicó el galeno, para su mayor asombro.
“Así me dijo y el diagnóstico dice que tenía trastornos por consumo de marihuana”, explicó mostrando los papeles del hospital.
Aclaró que tiene suficientes pruebas de que nunca ha fumado tabaco y mucho menos marihuana, ya que en su trabajo es sometida periódicamente a la prueba de dopaje cada seis meses con resultados siempre negativos.
“Tengo todos esos reportes del antes y el después”, dijo la señora Tejada.
“No puedo quedarme con este récord, voy a mover cielo y tierra”, advirtió. También le dijeron que ella puede decir lo que diga, pero el diagnóstico está en los papeles.
Acudió a la reportera Berenice Gardner del segmento el 41 A Tu Lado, quien la acompañó donde la abogada Carolina Rodríguez de la organización “Community Health Advocates” (Defensores de la Salud Comunitaria), donde revisaron el diagnóstico.
Allí, recomiendan a los pacientes no salir del hospital antes de leer los reportes, porque en los nosocomios se rehúsan a eliminar los errores involuntarios o cambiar los diagnósticos.
“El error mío fue no leerlo, porque no podía imaginarlo”, dijo Elizabeth.
La abogada se comprometió con la señora Tejada ayudarla a resolver el problema para que recupera su tranquilidad, y recomendó una ley que obligue a los hospitales a darles la opción a los pacientes a no estar de acuerdo con los diagnósticos o pedir una revisión y ser examinados otra vez.