El presidente Joe Biden dijo el domingo que el repentino colapso del gobierno de Bashar Assad en Siria es un “acto fundamental de justicia” después de décadas de represión, pero también “un momento de riesgo e incertidumbre” para Medio Oriente.
Biden habló en la Casa Blanca horas después de que grupos rebeldes completaron la toma del país tras más de una docena de años de guerra civil y décadas de liderazgo por parte de Assad y su familia. Biden dijo que Estados Unidos monitoreaba reportes sobre el paradero de Assad, aunque la prensa estatal ruso señaló que había huído a Moscú y recibido asilo de su viejo aliado.
El gobierno saliente de Biden y el virtual presidente electo Donald Trump estaban trabajando para comprender las nuevas amenazas y oportunidades en todo Oriente Medio.
Biden atribuyó lo ocurrido a la acción de Estados Unidos y sus aliados por debilitar a los partidarios de Siria —Rusia, Irán y Hezbollah. Dijo que los partidarios de Siria “por primera vez” ya no podían defender el control de Assad sobre el poder.
“Nuestro enfoque ha cambiado el equilibrio de poder en Medio Oriente”, dijo Biden, después de una reunión con su equipo de seguridad nacional en la Casa Blanca.