El viernes 28 regresa el béisbol a este bitercio insular con la envoltura en papel de celofán de la Serie del Caribe, el fanatismo de los colores de la jungla peloteril del patio debe ser depositada ya en el camposanto y levantar la bandera de la unidad para que nos dé como país la fuerza, la solidaridad y la cohesión dentro y fuera de las líneas de cal.
Todo se terminó y los Gigantes del Cibao conquistaron su segunda corona, donde en cinco juegos dispusieron de las Estrellas Orientales con un equipo forrado de cacao por todos los lados. Como dijo de forma magistral Osvaldo Rodríguez Suncar en la despedida de la transmisión verde: “Ahora, todos somos Gigantes. Somos República Dominicana”.
Ahora vienen los recuerdos. Marcell Ozuna fue un “caballo-caballo” dejando una huella difícil de borrar con 3 jonrones en 5 juegos, nuevo récord en serie final en la “Época de las Luces”. En el béisbol de verano Alonzo Perry disparó 3 en 5 juegos en 1951 en La Normal.
Sin duda alguna, merece que uno se quite la cachucha ante el manager colombiano Luis –Pipe- Urueta, que luego de tres caídas en la Lidom logró el cetro de campeón.
Las Estrellas Orientales ahora ponen su récord en series finales en 3-15 y 1-13 en sus últimas 14 participaciones.
Lo que no debe suceder en una fiesta del deporte, en una celebración del final de un campeonato es lo que el licenciado Odanny Cruz reportó que uno de los autobuses que transportaban fanáticos de los Gigantes fue agredido a pedradas en San Pedro. Por suerte no hubo heridos.
Debe haber una mejor organización de la ceremonia final. No había un guion y reinó la improvisación. Un real desorden, donde al colega Martín Rodríguez, de SIN, le llevaron su cartera.
La edición 64 de la Serie del Caribe contará con la presencia de los equipos campeones de México (Charros de Jalisco), Puerto Rico (Criollos de Caguas), Venezuela (sin definir), Colombia (Caimanes de Barranquilla), Panamá (Astronautas de los Santos) y República Dominicana (Gigantes del Cibao). De esos 64 clásicos nuestro país ha ganado 21 y que conste en acta no participó en las primeras 12.
Los políticos del patio deben tomarse una tregua, ya que estamos agobiados y castigados por el Covid y sus derivados, y ni hablar de la cháchara política 24-7. Este país tan golpeado por la pandemia y estamos tan divididos, esperamos que la Serie del Caribe nos una, por lo menos durante una semana.
La importancia del béisbol se pudo apreciar en los Estados Unidos, cuando la Segunda Guerra Mundial amenazaba todas las actividades en los cinco continentes y el béisbol de Grandes Ligas no debía ni podía ser la excepción. Pero la decisión del presidente de EEUU, Franklin Delano Roosevelt, el 15 de enero de 1942, puso fin a las dudas con un breve pero contundente e histórico mensaje.
«Honestamente pienso que sería mejor para el país mantener activo el béisbol. Si 300 equipos usan 5 mil o 6 mil jugadores, ellos serán, en definitiva, el mayor incentivo para los 20 millones de fanáticos que siguen el béisbol y en mi opinión, es el mejor paso para mantener con vida el país y al mismo tiempo el béisbol».
UN DÍA COMO HOY
En 1968, el infielder cubano Hiraldo Sablón Ruiz (Chico), de las Estrellas Orientales, jugó en las nueve posiciones frente al Escogido en el estadio Tetelo Vargas.
En 1972, los Tigres del Licey disparan 21 hits en la derrota 11-9 frente a las Águilas del Cibao en el Quisqueya. Gene Garber fue el pitcher ganador y Federico Olivo el derrotado.
En 1979, en el estadio Quisqueya las Águilas del Cibao derrotan 3-1 a los Leones del Escogido en el cuarto encuentro de la serie final.
En 1996, en el primer juego de la serie final en el estadio Tetelo Vargas, las Águilas Cibaenas derrotan 10-3 a las Estrellas de Oriente.
