La comida casera preparada con alimentos frescos y naturales que nos preparaba la abuela se fue sustituyendo por gran cantidad de productos procesados, muchos de ellos con exceso de nutrientes críticos como azúcar agregado, grasa y sal. Hoy vamos a detenernos en tres alimentos y bebidas que solemos darle a los chicos creyendo que son saludables, pero no lo son.
1 – Los cereales del desayuno
Muchos de estos productos que compramos en el supermercado tienen leyendas escritas en el envase para llamar la atención y muchos de ellos dan a entender que se trata de un producto con ciertos beneficios, como muy nutritivo o destacan algunas propiedades como que aporta zinc y vitamina D, y que son “buenísimos” porque fomentan un crecimiento fuerte.
En realidad, si analizamos la mayoría de los cereales para el desayuno contienen como principal ingrediente el azúcar y le siguen las harinas refinadas, el sodio y los aditivos.
Muchos solemos pensar que todas son saludables porque algunas marcas le agregan semillas y también las hacen con harina integral. Si bien esto le aporta un valor agregado, porque el mayor contenido en fibra que contienen en comparación con otras galletitas es mejor, el problema es que muchas de ellas contienen un elevado contenido en sodio, son excesivas en grasas saturadas y, además, para realzar el sabor, también le agregan algún tipo de azúcar refinada como puede ser el jarabe de maíz de alta fructosa, el jarabe de glucosa o algunos que son similares.
2 – Las galletas integrales
Entonces, que una galletita tenga la leyenda de integral, no es sinónimo de que se trata de un alimento saludable.
3 – Los jugos envasados o aguas saborizadas
Muchas veces nos confundimos creyendo que porque son jugos de frutas, están llenos de nutrientes y son saludables. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones esto no es así.
Por lo general, estas bebidas contienen aún más azúcar que las mismas gaseosas cola. Entonces, por eso es importante que le enseñemos a los chicos y los eduquemos a tomar agua siempre para hidratarse.
Es importante aclarar que ninguno de estos alimentos consumidos ocasionalmente son malos para la salud, sino que esto sucede cuando forman parte de nuestra alimentación habitual y reemplazan a aquellos alimentos más naturales, de buena calidad nutricional, que aportan los nutrientes que necesitan los chicos para crecer sanos y fuertes.