El presidente saliente de EE.UU., Donald Trump, ha intensificado su intento de voltear los resultados de las elecciones del 3 de noviembre, mediante presiones a sus aliados en estados clave, en una maniobra que el mandatario electo, Joe Biden, calificó este jueves de «irresponsable» y «dañina».
A pocos días de que se cierren los plazos de cada estado para certificar al ganador de los comicios, y ante la falta de resultados de su estrategia legal, Trump y su equipo han llevado a nuevos extremos su campaña para tratar de amoldar la realidad a su denuncia sin pruebas de que las elecciones fueron fraudulentas.
PRESIÓN AL CONGRESO ESTATAL EN MICHIGAN
Este jueves, Trump invitó a los líderes republicanos del Congreso estatal de Michigan, controlado por su partido, a reunirse con él en la Casa Blanca este viernes, en un aparente intento de pedir su cooperación para subvertir el resultado en ese estado clave, que Biden ganó por un amplio margen de unos 157.000 votos.
La maniobra se anunció horas después de que se revelara que el propio Trump telefoneó el martes a una integrante republicana de la junta electoral del condado más poblado de ese estado, el de Wayne -donde se encuentra Detroit-, justo después de que ella votara a favor de certificar a Biden como ganador en ese distrito.
Al día siguiente, esa apoderada y el otro miembro republicano de la misma junta intentaron sin éxito retirar su certificación de los resultados, aparentemente como resultado de las presiones de Trump.
Esas tácticas han salido a la luz poco después de que los encargados de gestionar el proceso electoral en Arizona y Georgia -la demócrata Katie Hobbs y el republicano Brad Raffensperger- pidieran que se deje de sembrar desconfianza en los resultados y denunciaran que han recibido amenazas contra su familia.
Además, Raffensperger aseguró este miércoles que el senador republicano Lindsey Graham, aliado cercano a Trump, le había presionado para buscar formas de descalificar votos en Georgia, donde las autoridades ultiman un recuento manual debido al estrecho margen de victoria de Biden en ese estado.
En ese contexto, la invitación a la Casa Blanca de los legisladores republicanos estatales de Michigan es un posible indicio de que Trump pueda estar buscando alternativas a la estrategia de presentar demandas en varios estados clave, que no ha prosperado por ahora.
¿INTERVENCIÓN EN EL COLEGIO ELECTORAL?
Algunos aliados del mandatario le han animado a persuadir a aquellos Congresos estatales que están controlados por republicanos en los estados donde busca disputar el resultado, como Michigan y Pensilvania, para que ignoren lo votado e intervengan para conceder a Trump los delegados de su territorio en el Colegio Electoral.
El sistema del Colegio Electoral implica que quien gane la mayoría de papeletas en un estado, aunque sea por un voto, se lleva la totalidad de delegados adjudicados a ese territorio en función de su población, y bajo ese esquema, Biden ya ha superado con creces los 270 electores que necesitaba para ganar a Trump.
Sin embargo, todavía falta certificar ese hecho, algo para lo que cada estado tiene sus propias fechas límites, que van desde este mismo viernes en Georgia al 1 de diciembre en Wisconsin y Nevada.
Ese calendario juega en contra de Trump, que solo tiene hasta el 8 de diciembre para desarrollar su estrategia legal, porque ese día todos los estados deberían haber resuelto cualquier disputa y el gobernador de cada territorio debe enviar los resultados certificados y enviarlos al Congreso.
Los gobernadores deben incluir también los nombres de los delegados del Colegio Electoral de su estado, que se reunirán el 14 de diciembre en sus respectivos territorios y emitirán sus votos, un acto que es, de acuerdo con la Constitución, el vinculante para determinar quién será el próximo presidente.
«PRÁCTICAMENTE IMPOSIBLE» LOGRARLO
Muchos expertos en el sistema electoral de EE.UU. ven improbable que funcionen las posibles presiones de Trump a Congresos estatales republicanos para que envíen a sus propios delegados a votar por el actual mandatario, porque los estados ya han decidido cómo llevarán a cabo el proceso y hay demasiadas barreras para cambiarlo.
«Desde el punto de vista legal, hay obstáculos prácticamente imposibles de superar» para interferir con cómo se designan los delegados, dijo un analista del Centro Legal sobre Campañas, Adav Noti, a la revista Politico.
Quizá por eso, el abogado de Trump, Rudy Giuliani, insistió vehementemente este jueves en que la campaña no ha abandonado su estrategia legal y prometió posibles nuevas demandas en los estados de Arizona, Nuevo México y Virginia, estos dos últimos firmemente demócratas, en una campaña sin perspectivas de prosperar.
BIDEN: ESTO ES «INDIGNANTE»
Mientras, en una rueda de prensa en Wilmington (Delaware), Biden opinó que Trump «sabe que no ha ganado», y calificó de «indignantes» e «irresponsables» sus maniobras.
«Esto está enviando al resto del mundo un mensaje increíblemente dañino sobre cómo funciona la democracia», lamentó el presidente electo, que debido al bloqueo de Trump no tiene acceso a información clave para preparar su llegada al poder el 20 de enero, algo que, ha advertido, puede costar vidas debido a la crisis de la covid-19.
Fuente: Listin Diario