El Titanic fue una advertencia: No empujar los límites de las leyes naturales hasta el máximo. Más de 1,500 personas, todas inocentes e indefensas, terminaron su paso por el mundo i flotando en el Atlántico Norte, congelados y muertos. Ni siquiera la inocencia pudo salvarlos de su destino. Aún así, sus muertes no pasaron inadvertidas. El mundo todavía los recuerda.
Este ha sido el naufragio más famoso en la historia de la humanidad. Este artículo es otro intento de que las nuevas generaciones conozcan aún más sobre aquel fatal accidente que todavía sigue causando dolor y tristeza alrededor del mundo.
Inicios del siglo XX
A comienzos del siglo, la vida empezaba a ser buena para la mayoría de las personas. Los mercados alrededor del mundo estaban en óptimas condiciones, y los avances tecnológicos eran hechos cada día. Mucha gente prosperó durante esta época.
Barcos más rápidos y cómodos se comenzaban a construir. Un barco rápido en particular, el Lusitania, de la línea naviera Cunard, ya había establecido récords de velocidad. La White Star Line tenía que hacer algo en respuesta, así que decidieron construir el Titanic.
La White Star Line contrató s la compañía de construcción Harland & Wolff para que se encargara de la obra. El Titanic, que estaba supuesto a ser maravilla, algo así como una especie de palacio flotante, el cual marcaría el inicio de la elegancia en la transportación.
El Titanic no solo fue elegante, era una maravilla de la ingeniería. Construido con 16 compartimientos herméticos que podían ser cerrados automáticamente, incluso cuatro, quizás cinco, podían tener agua en su interior y el barco se mantendría a flote, eso en caso de un improbable accidente, con solo cerrar las compuertas se podría salvar el barco. El Titanic iba a tener todos los lujos de la época, incluyendo electricidad y comunicación inalámbrica, ellos incluso tendrían un teléfono. El RMS Titanic estaba en proceso.
Cómo nace el Titanic
Se cree que los planes iniciales del Titanic ocurrieron en la mansión Belgravia, conocida como la Downshire House, hogar de Lord James Pirrie. Se dice que Joseph Bruce Ismay se reunió con Pirrie y discutieron acerca del Lusitania y la línea de cruceros Cunard una noche de 1907.
Era esperado que el Lusitania rompiera todos los récords de velocidad, lo que asustó a ambos hombres, y luego los invocó a usar su alianza en contra de la Cunard, y al final ganar la ruta del Atlántico. El Titanic fue concebido.
Los dos hicieron un plan indirecto que seguro vencería a la Cunard. Usando los recursos de ambos hombres construirían dos barcos, seguido de un tercero que sería 150 por ciento el tamaño del Lusitania y que sería de 890 pies de largo. Casi 100 pies más grande que el Lusitania. Los barcos serían tan grandes, que ningún astillero en la faz de la Tierra tendría un muelle seco o estanque suficientemente grande para construirlos. Estos serían los nuevos transatlánticos.
Los dos hombres no perdieron tiempo en transferir sus ideas a la mesa de dibujo. El equipo de Lord Pirrie comenzó a trabajar en la creación de un diseño práctico, mientras el astillero de la Harland &Wolff en Belfast, Irlanda, comenzó la conversión de tres anclajes en dos. El muelle más grande del mundo estaba a punto de ser construido para el Titanic.
En el transcurso del tiempo, los planes fueron editados y reeditados. El gimnasio, en vez de estar más abajo en el barco, fue movido a la cubierta superior. El número de elevadores fue cambiado Al final, tres elevadores eran para la primera clase y uno para los pasajeros de clases más bajas.
La primera quilla del Olimpic fue instalada el 16 de diciembre de 1908. Tres meses después, el 31 de marzo de 1909, fue instalada la primera quilla del Titanic. Casi dos años después el Olimpic fue soltado y remolcado hasta el muelle donde se completarían los trabajos. El 31 de mayo de 1911, el astillero de la Harland & Wolff lanzó el recién pintado Titanic al muelle.
Una gran multitud de personas estaban espantadas por la grandeza del Titanic, entre ellas, quienes lo habían puesto en funcionamiento, que se encontraban en las primeras filas. Estos incluían a: J. P. Morgan, Bruce Ismay, su hija Margaret, Lord Pirrie, Lady Pierre. También había presente un gran número de dignatarios.
Había dos grandes gradas en las que se cobró entrada y otra para los cientos de periodistas que cubrieron el evento. Los vehículos de transporte estaban haciendo viajes especiales en este día para poder acomodar a los miles de viajeros que se trasladaron hasta aquel lugar para ser testigos de este acontecimiento. Algunos, incluso se apiñaron en el río Lagan, el cual había sido especialmente dragado para los dos barcos.
Uno de los hechos más interesantes acerca del Titanic es que nunca fue bautizado. Harland & Wolff nunca bautizan ninguno de sus barcos. Ellos todavía no lo hacen en la actualidad. Era una política estricta en Harland & Wolff no bautizar sus barcos, tradición iniciada por sus fundadores.
Esto era muy extraño para un barco en aquellos tiempos. Para algunas personas, esa fue la razón por la que se hundió el Titanic. A las 12:05 p. m. dos cohetes fueron lanzados al aire. Cinco minutos después fue lanzado un solo en señal de despedida para el Titanic.
Casi un instante los alrededores cobraron vida. Las pequeñas embarcaciones que remolcaban aquel inmenso barco sonaron sus bocinas, las mujeres ondearon sus pañuelos y la multitud aplaudía, mientras el Titanic hacía su recorrido de 900 pies en 62 segundos. El Titanic viajó a casi 12 nudos de velocidad poco antes de ser detenido por dos cables de 80 toneladas y seis anclas.
Mucho trabajo había sido realizado para lograr este evento de un minuto. Se necesitaron 23 toneladas de sebo, aceite de tren y jabón para pavimentar la base desde donde se lanzaría el Titanic al agua. De igual manera, hubo mucha fuerza humana envuelta en este evento.
Una vez el Titanic fue puesto en el muelle, tomó unos 10 meses y millones de horas de trabajo completar sus extravagantes interiores. El 3 de febrero de 1912, se instalaron los propulsores al Titanic y una capa final de pintura le fue aplicada a su corteza. Ahora el Titanic estaba listo para su viaje.
El 10 de abril de 1912, el capitán Smith abordó el barco a las siete de la mañana. Las calles estaban llenas de personas con sus boletos para emprender el viaje desde Southhampton, Inglaterra, hasta Nueva York. Para el mediodía todo marchaba bien, y el barco elevó sus anclas y zarpó rumbo a la muerte.