La tecnología cobraba un fuerte auge antes de la pandemia, pero con la llegada del COVID-19 lo que parecía un proceso lento se impulsó más y benefició a sectores como los taxistas y el delivery.
Desde marzo de 2020, cuando los países empezaron a disponer medidas de confinamiento, que incluyeron el teletrabajo, se ha reforzado el impacto de la economía digital. Ahora la gente pide más comida por plataformas en línea, así como servicios de transporte como una manera de cuidarse más ante este virus.
Algunos organismos internacionales ya se han referido a las ventajas que tienen estas aplicaciones para conectar a las empresas y los clientes con personas que se dedican al reparto o a ofrecer transporte, hecho que incidirá enormemente en el futuro del trabajo.
Según un estudio de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), en los países en desarrollo, los ingresos registrados en los sectores del taxi y del reparto basados en aplicaciones digitales tienden a ser mayores que en los sectores tradicionales.
El informe “Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo” refiere que los ingresos por hora de los taxistas y repartidores digitales varían en algunos países, y tienden a ser más elevados que los de los sectores tradicionales.
En el sector del taxi, en particular, las plataformas son capaces de prestar servicios a los clientes a bajo costo, lo que amplía el margen de negocio.
Además, las bonificaciones e incentivos ofrecidos a los trabajadores han atraído a un gran número de trabajadores, aumentando así la oferta de mano de obra, que puede superar la demanda prevista y dar lugar a una reñida competencia, explica la OIT en un documento publicado en su portal web.
Sin embargo, la investigación explica que esta situación también podría reducir las actividades remunerativas de los trabajadores de los sectores tradicionales. En algunos de los países, más del 70% de los taxistas tradicionales declararon que, en comparación con el momento en que empezaron a trabajar como taxistas, hacían menos viajes en un día normal y habían visto reducidos sus ingresos diarios.
Los trabajadores de las plataformas basadas en la ubicación no trabajan las mismas horas que los de las plataformas basadas en la web.
El informe agrega que los trabajadores de las plataformas basadas en la web normalmente trabajan un promedio de 27 horas semanales, contando tanto las tareas remuneradas como las no remuneradas, pero dedican a estas últimas aproximadamente un tercio del tiempo, es decir, unas ocho horas semanales.
Además, cerca de la mitad de estos trabajadores dedica un promedio de 28 horas semanales a otros trabajos remunerados, lo que a menudo da lugar a una semana laboral larga.
La OIT destaca que algunos de estos trabajadores tienen horarios imprevisibles o trabajan a deshora, especialmente en los países en desarrollo, ya que los clientes se encuentran por lo general en los países desarrollados, lo cual afecta a su capacidad para conciliar el trabajo con la vida personal.
La mayoría de los conductores y repartidores de las plataformas basadas en la ubicación trabajan jornadas largas y de alta intensidad: los primeros, un promedio de 65 horas semanales y los segundos, 59. Una elevada proporción de conductores y repartidores de aplicaciones, (el 79% y el 74%, respectivamente) mencionó que sufría algún grado de estrés asociado al trabajo, provocado entre otras cosas por la congestión del tráfico, la escasa remuneración, la falta de pedidos o clientes, la excesiva duración de la jornada, el riesgo de sufrir lesiones laborales y la presión para conducir rápido.
Por ubicación versus web
El informe que trata sobre el papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo agrega que la economía digital está transformando el mundo del trabajo.
La OIT señala que las plataformas digitales de trabajo en línea pueden clasificarse en dos grandes categorías: las basadas en la web y las basadas en la ubicación. En las plataformas basadas en la web, los trabajadores realizan tareas o encargos en línea o a distancia. Estas tareas abarcan la realización de servicios de traducción, jurídicos, financieros y de patentes, o de diseño y desarrollo de software en plataformas de trabajadores autónomos y cuya asignación de tareas se realiza mediante concurso de propuestas, entre otras.
Agrega que las tareas en las plataformas basadas en la ubicación se llevan a cabo de forma personalizada en lugares físicos especificados por los trabajadores, e incluyen los servicios de taxi, reparto y reparaciones a domicilio (como un fontanero o un electricista), el trabajo doméstico y la prestación de cuidados.
América Latina en baja
La investigación de la OIT consultada por Listín Diario argumenta que alrededor del 96% de la inversión en plataformas digitales de trabajo se concentra en Asia (US$56,000 millones), América del Norte (US$46,000 millones) y Europa (US$12,000 millones), frente al 4% en América Latina, África y los Estados Árabes (US$4,000 millones).
Las plataformas que prestan servicios de taxi han recibido una proporción mucho mayor de fondos de capital riesgo que las plataformas dedicadas al reparto o las basadas en la web. Entre las plataformas de servicios de taxi, la distribución de la financiación es desigual, ya que el 75% de los fondos se concentran en sólo dos empresas de plataformas.
Las plataformas digitales de trabajo generaron a escala mundial unos ingresos de al menos US$52,000 millones en 2019. Alrededor del 70% de los ingresos obtenidos se concentraron en sólo dos países, los Estados Unidos (49%) y China (23%), mientras que este porcentaje es muy inferior en Europa (11%) y en otras regiones (17%).
Las siete mayores empresas tecnológicas a nivel mundial tuvieron unos ingresos acumulados de más de US$1,010 billones en 2019, y la mayoría de estas empresas invierten también cantidades considerables en plataformas digitales.