La tasa de nuevos casos de COVID-19 está disminuyendo en Estados Unidos, con registros de menos de 60,000 casos diarios de media en los últimos siete días por primera vez en más de un mes, al tiempo que los expertos destacaron el impacto de las vacunas.
Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, en inglés) mostraron que, al 24 de abril, el promedio móvil era de 57,123 casos, y que ya había terminado una pequeña alza registrada en un mes.
Esto se produce cuando la cantidad de personas vacunadas sigue en aumento, aunque el ritmo se reduce por un descenso en la demanda en el país.
Casi 140 millones de personas han recibido ahora al menos una dosis de vacuna, un equivalente al 42 % de la población total de Estados Unidos.
Ashish Jha, decano de la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Brown, escribió en su cuenta de Twitter que creía que esta vez la disminución sería permanente, “porque a mediados de marzo, cuando comenzó el último pequeño aumento [de contagios] el 21 % de la población había sido vacunada”. En cambio, “hoy, somos el doble”, contrastó.
Según escribió, un 42 % con una sola inyección no es “suficiente” para revertir la situación, pero agregó: “42 % se acerca al número en el que deberíamos ver una disminución constante en las infecciones. En Israel, una vez que el 45 % de la población estuvo completamente vacunada, el número de casos comenzó a desplomarse.”
Sin embargo, los expertos están preocupados por la tasa de vacunación, que alcanzó su punto máximo a principios de este mes con un promedio de más de tres millones de dosis por día, pero que ahora bajó a 2.6 millones diarias.
Muchas personas que deseaban vacunarse ya lo hicieron, pero persisten algunos problemas de acceso, particularmente entre comunidades de personas de color. Además, el escepticismo sobre la efectividad de las vacunas sigue siendo alto entre algunos, en particular políticamente conservadores.