Los actos de toma de posesión del presidente Luis Abinader han enviado señales de un enfriamiento en las relaciones del nuevo gobierno con la República Popular China y un fortalecimiento de los vínculos con Estados Unidos.
El mensaje que más sorprendió en el país fue la destacada mención del presidente Abinader en su discurso de juramentación hacia el fortalecimiento de las relaciones estratégicas con Estados Unidos, sin hacer una sola alusión del gigante asiático con el cual República Dominicana estableció relaciones el 1 de mayo de 2018.
“A través de nuestro Ministerio de Relaciones Exteriores promoveremos el comercio y las inversiones en un tiempo en el que serán cruciales para nuestra recuperación. Fortaleceremos nuestras relaciones estratégicas con EE.UU, nuestro principal socio comercial y el lugar donde residen dos millones de compatriotas”, enfatizó el mandatario.
Dijo también que se seguirán vigorizando las relaciones con todas las regiones del mundo, incluida la Unión Europea, especialmente con “nuestros socios españoles” y por supuesto, se redoblarán los esfuerzos para ser un actor de transformación económica y promotor de la democracia y sus valores en toda América latina y el Caribe.
En el salón de la Asamblea Nacional estaba sentado en primera fila el Secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, mientras medios periodísticos reseñaban que el embajador chino Zhang Run fue ubicado en un lugar discretamente distante.
Protagonismo de EU
Desde el primer momento se advirtió un tratamiento especial de Estados Unidos al nuevo escenario dominicano. El gobierno de Donald Trump designó una comisión de alto nivel para asistir a la toma de posesión de Abinader, encabezada por Pompeo, la embajadora estadounidense en República Dominicana, Robin S. Bernstein, y el secretario adjunto interino para asuntos del hemisferio occidental del Departamento de Estado, Michael G. Kozak. También sobraron las felicitaciones y reconocimientos al presidente entrante.
Abinader y Pompeo se reunieron el domingo y trataron sobre oportunidades para fortalecer los vínculos y la colaboración entre los dos países en las áreas de seguridad regional y crecimiento económico.
Además sobre los esfuerzos hacia el objetivo compartido de una transición pacífica hacia la democracia en Venezuela.
El 31 de julio, siendo aún presidente electo, Abinader se reunió con el embajador chino en República Dominicana, Zhang Run, donde intercambiaron puntos de vista sobre la agenda bilateral entre ambos países, en lo que fue calificado como un “encuentro amistoso”.
Participaron también la vicepresidenta electa, Raquel Peña, y los designados ministros de Educación y Administrativo, Roberto Fulcar y José Ignacio Paliza. Pero surgió la interrogante por la ausencia del designado ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Álvarez, a quien le atribuyen especial acercamiento con Estados Unidos.
Relaciones con China
Cuando el gobierno dominicano, encabezado entonces por el presidente Danilo Medina, estableció nexos con China, causó un revuelo en Washington. El gobierno de Trump advirtió que el rompimiento de las relaciones con Taiwán no contribuía a la estabilidad regional.
Desde ese momento las relaciones con Estados Unidos no fueron las mismas, pese al lenguaje diplomático de sus funcionarios y la geopolítica.
Medina salió con destino a China el 31 de octubre, atendiendo a una invitación de su homólogo y líder del Partido Comunista (PCCh), Xi Jinping, con quien se reunió para testificar la firma de 18 acuerdos y memorandums entre ambas naciones.
Xi declaró: “Aunque China y la República Dominicana han establecido recientemente relaciones diplomáticas, nuestros corazones han estado unidos por mucho tiempo”.
Las desavenencias con Estados Unidos continuaron y fue preciso variar políticas internacionales con relación a Venezuela en la Organización de Estados Americanos (OEA), hasta llegar a reconocer como presidente de esa nación a Juan Guaidó.
Caso Irán
El último apoyo de República Dominicana a EE.UU. se produjo el pasado viernes. Sólo ellos votaron juntos en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que rechazó seguir el embargo de armas a Irán.
Rusia y China, que cuentan con derecho a veto, se mostraron en contra de la resolución.
“El resultado muestra una vez más que el unilateralimo no goza de ningún apoyo y de que el acoso fracasará. Cualquier intento de poner el interés propio por delante del común en la comunidad internacional (está abocado a) un callejón sin salida”, aseguró la delegación permanente en el Consejo de Seguridad de China, país que junto a Rusia ya había mostrado su total rechazo a la iniciativa estadounidense.