La primera semana en cuarentena, Rodolfo la pasó de “chulería”. Esa palabra la usa él. Pero conforme corrían los días su cuerpo se negaba a un encierro que echaba por la borda el trabajo ganado. Este joven de 28 años se estaba rehabilitando para salir airoso del fondo que había tocado por culpa de las drogas.
“La segunda semana comencé a desesperarme. Sudaba, me daba frío, y se lo comenté a mi pareja, que es con quien vivo. Se lo atribuí a la ansiedad de estar trancado en contra de mi voluntad”. Es fuerte y jocoso, pero al parecer esta experiencia lo ha puesto sensible. “Yo le prometí a mi abuela que dejaría eso y lo hice, pero el Covid-19 me traicionó. Volví para atrás”. Hace silencio del otro lado del teléfono.
Vuelve a hablar. Esta vez por su propia cuenta. “Mira, para que tengas una idea, esta situación me ha empujado de nuevo al vicio, y no solo a mí, sino a mucha gente que depende de algún tipo de adicción. Nos ha puesto entre la espada y la pared: satisfago mi necesidad o salgo a ponerme en peligro de contagiarme del coronavirus”.
Un día salió donde una persona a buscar la sustancia. En ese momento no le importó nada, solo saciar su necesidad. “Después me arrepentí y le hice caso a mi novia. Llamé al doctor que me había ‘sacado del hoyo’. Pero como te digo, el confinamiento me volvió a meter en él. Ahora estoy yendo de nuevo a mis terapias de rehabilitación”.
Triste su historia, ¿verdad? Pues preste atención a la de Alberto. Se trata de un muchacho de 20 años adicto a la pornografía. Un tema engorroso, dañino y del que no se siente orgulloso de hablar. “Solo te contaré que este distanciamiento, que no me deja juntarme con mis amigos ni ir a la universidad, ni hacer nada me ha hecho más dependiente de esa cosa”.
Antes de contar su experiencia de cómo el Covid-19 ha impactado negativamente su vida, hizo su advertencia: “Solo te cuento para que otros chicos que tienen algún vicio, sepan que esto va a pasar y que debemos poner de nuestra parte. Yo te digo, el durar más tiempo en la casa y con menos cosas que hacer deja más espacio para uno prestarle atención a las adicciones. Gracias a Dios, yo solo tengo esta”. Lo cuenta como si fuera algo sencillo.
Ha sabido amanecer viendo vídeos. “Y cuando oigo la puerta del cuarto de mami, lo apago. Yo mismo he tratado de bajar la intensidad, pero sé que tampoco la edad me ayuda. Mis hormonas también me llevan a esto”, lo dice escudándose en esta moción que no deja de tener algo de cierto.
Dependecia del sabor y la adrenalina
Cristina y Sebastián también pusieron sus casos a disposición de los lectores de LISTÍN DIARIO. Al igual que Rodolfo y Alberto saben que son muchas las personas que han quedado atrapadas entre sus debilidades por depender de algún vicio..
A puertas cerradas ella le reprocha a su ansiedad que la deje libre para que el sobrepeso no le pase factura. “Soy adicta a la comida, me gusta todo y como de todo, y ahora sin salir de la casa es que me da la verdadera hambre”. Así de forma sencilla explica Cristina cómo desde marzo ha aumentado cerca de 20 libras. Ella solo tiene 19 años.
“De este encierro debería yo ir derecho a que me operen, pero realmente no tengo los cuartos. Y eso de terapia psicológica mucho menos. Nada de eso funciona con esta situación que estamos viviendo. Si no, pregúntele a mi papá que no se apea un jumo de arriba. El Covid ese ha disparao’ los vicios”. Con su relato deja claro que en su casa hay dos situaciones de adicciones: la de ella a la comida y la de su papá al alcohol. Éste ha bebido en tres meses lo que no se tomaba en años. “A mis tíos les ha pasado lo mismo, están más alcohólicos que nunca”. Cuenta la joven.
Lo de Sebastián es “simple”. Según él, su único vicio es el videojuego. “Yo con esto no le hago daño a nadie. Yo me tranco y me paso el día jugando. ¿Qué ahora lo uso más? Sí, es verdad, porque tengo más tiempo. Desde que termino lo de la escuela y me pongo a eso y a veces ni hambre meda”. De esta forma y con evidencias claras de que está cada día más expuesto a una adicción peligrosa, este menor que solo tiene 16 años da a conocer su inclinación por los juegos.
Historias como estas hay muchas para contar. De hecho hablando con Celeste Pérez, surgió otra. Al contarle a un pariente sobre el tema, nombró varios casos, y sé que ustedes también conocen personas a las que el Covid-19 tal vez no las ha contagiado, pero sí las afectado, y de qué manera.
Efectos depresores
Más que abundar en estas experiencias, LISTÍN DIARIO ha querido también conocer a través de voces expertas sobre cómo el coronovirus ha potencializado las adicciones o ha incidido en las recaídas de personas dependientes de algún tipo de vicio.
Juan José Arias, experto en Filosofía Mental; María Jerez, psiquiatra experta en traumas y adicciones, y Mónica Báez Sosa, psicóloga, ambas del Grupo Psicológicamente, tratan el tema desde tres vertientes distintas, pero coincidentes en que definitivamente el Covid-19 más allá de su contagio ha afectado a mucha gente de diversas formas.
“Para que tengamos una explicación más llana de lo que está sucediendo con las personas que tienen algún tipo de dependencia, puedo ponerte como ejemplo el caso de Rodolfo. Ya él estaba bien como te lo dijo, y volvió a recaer. El encierro, el temor a un virus desconocido sin tratamiento ni vacuna; así como unos planes a futuro que se troncharon son razones que debilitan a una persona que aunque estaba muy bien en su proceso de rehabilitación, aun no estaba curada totalmente”. Esas consideraciones son del experto en Filosofía Mental
Él es quien atiende a Rodolfo, y quien lo convenció de que contara su historia, misma que le sirve como referencia para hacer notar que el coronavirus no solo vino a afectar la garganta, los pulmones, o alterar la temperatura del cuerpo. “No, ese virus vino a debilitar aun más la fuerza de voluntad de quienes son vulnerables a depender de algún tipo de adicción”.
Recomendaciones
-Aun con este rosario de dificultades, las personas que tienen algún tipo de patrón adictivo y entienden que en estos momentos está pasando por esta situación de estrés o ansiedad extrema o que tenga un pensamiento negativo sobre su propia vida debe buscar ayuda o llamar a cualquier línea de apoyo psicológico o psiquiátrico.
-Evitar el consumo de bebidas alcohólicas para no debilitar su sistema inmune, ni poner en riesgo la salud de los demás.
-Si no consume, no permita que ninguna razón lo convenza o persuada de iniciar la bebida en estos momentos .si usted bebe que sea lo mínimo posible y sin llegar al estado de embriaguez.
-Converse con sus hijos y establezca límites sobre los juegos electrónicos, vigile el tiempo que estos duran frente a la pantalla y trate de minimizar las compras de bebidas alcohólicas para la casa, porque esto podría favorecer no solo su propio consumo, sino también el del resto de los integrantes del hogar.
Puntos de vista
Psiquiatría y Psicología
“Es importante entender que las adiciones sin importar a qué sustancia, alimento, objeto o cosa sean, van a producir daño psicológico, físico, metabólico y social lo que quiere decir que una vez los efectos depresores o de placer pasen, se intensificará el miedo, la angustia, ansiedad, depresión, e inclusive, el intento o pensamiento suicida al no tener la capacidad y herramientas apropiadas de afrontamiento para lidiar con la realidad actual”. Este es el parecer de la experta en adicciones, María Jerez.
La especialista entiende que las medidas han trastornado el esquema de vida a nivel social, afectivo, emocional y conductual. En la mayoría de los casos ha generado una afectación en la salud mental, no solamente con problemas de ansiedad, angustia, depresión, alteración alimentaria, o el propio miedo a la muerte, sino también con un incremento en el uso, tanto en la frecuencia como en la cantidad de sustancias, sean estas controladas o no. Las personas lo hacen como una manera de afrontar el estrés por la Covid- 19 y su impacto a nivel personal.
“Para las personas tanto el uso como el abuso de ciertas sustancias químicas naturales o sintéticas se utilizan para generar placer y tranquilidad en nuestro organismo. No obstante, causan efectos directos en nuestro sistema nervioso central, dañando nuestra salud física y mental”, detalla. En la actualidad, a groso modo la sustancias u objetos que mayormente se están utilizando durante el distanciamiento físico o confinamiento (en el hogar) es el alcohol, juegos electrónicos, en los jóvenes marihuana, y medicamentos controlados.
Opinión
Desde el punto de vista de Mónica Báez Sosa, existen problemas de naturaleza psicológica estrechamente ligados a las adicciones y quienes ya venían acumulando problemas como consecuencias de estas conductas adictivas, ante el Covid-19 definitivamente, se han visto seriamente laceradas.
“No es un secreto que la mayoría de las personas con este tipo de patrones adictivos y comportamentales lo hace casi siempre a escondidas, incluso de sus familiares más cercanos y al estar confinados, puede esto generar en la persona problemas de ira, ansiedad, síndrome de abstinencia, falta de sueño y problemas de alimentación, así como alterar las relaciones con los demás miembros de la familia”, sostiene dejando claro que el problema es más complejo de lo que se cree.
Hace énfasis en que las adicciones de por sí causan dificultad, más aun cuando se está en una situación que implica problemas de dinero, de trabajo y de otras índoles. “Esta es una combinación peligrosa porque la persona como una manera de evadir el miedo y la angustia se refugia en este tipo de evasiones”, dice Báez Sosa tras considerar que el mismo uso del clerén y de bebidas adulteradas tiene mucho que ver con la ansiedad que ha despertado el encierro por la situación del Covid-19.
Fuente: Listin Diario