Las ventas de bebidas alcohólicas estarán suspendidas en todo Puerto Rico los domingos, y casi todos los negocios permanecerán cerrados ese día para ayudar a controlar un repunte de casos de coronavirus en la isla, anunció el lunes la gobernadora Wanda Vázquez.
Puerto Rico registra un aumento de casos de COVID-19 que ha provocado que se dé marcha atrás a algunas medidas de desconfinamiento en los últimos días mientras más turistas arriban a la isla.
“Hemos visto un descontrol los fines de semana”, comentó Vázquez. “Muchas personas se olvidan que aún enfrentamos la emergencia por la pandemia del COVID-19”.
Hasta el lunes, la isla de 3,2 millones de habitantes había reportado por lo menos 180 muertes a causa del coronavirus, junto con más de 4.000 casos confirmados y más de 8.400 casos probables.
A partir del 26 de julio, todos los negocios, salvo farmacias, supermercados, gasolineras y restaurantes, tendrán que cerrar los domingos. Vázquez señaló que las iglesias tienen permitido permanecer abiertas.
Sin embargo, puntualizó que podría anunciar más cierres la próxima semana.
La semana pasada, la gobernadora informó medidas como el cierre de barres, gimnasios, marinas, teatros y casinos, y restringió el uso de playas sólo para aquellos que hagan ejercicio.
Miguel Vega, expresidente de la Asociación de Hoteles de la isla, dijo que pidió una reconsideración en torno a los cierres de albercas y casinos.
Los cierres han agravado la crisis económica que vive la isla desde hace una década y se produjeron en momentos en los que Puerto Rico sigue batallando para recuperarse del paso del huracán María en 2017 y de una serie de terremotos que azotaron el territorio hace unos meses.