La presidenta en funciones del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Janet Camilo, negó que esa organización se encuentre atravesando por una crisis interna y aseguró que la renuncia de varios altos dirigentes obedece a una estrategia de campaña del presidente Luis Abinader y el Gobierno.
Afirmó que el anuncio de ayer de Rafael Vásquez (Fiquito), Julio Maríñez, Yunior Santos y otros dirigentes, es la respuesta del sector gubernamental frente a la fortaleza de la denominada “Alianza Opositora Rescate RD” pactada entre el PRD y los partidos de la Liberación Dominicana (PLD) y Fuerza del Pueblo (FP).
Indicó que esas personas hace tiempo que dejaron las filas del PRD e ingresaron al Partido Revolucionario Moderno (PRM).
“La actividad de ayer fue decir públicamente lo que había pasado hace meses, que ellos están en el PRM”, señaló Camilo.
Manifestó que esas mismas personas, financiadas desde el Palacio Nacional, trataron de ganar la presidencia del PRD, en la convención de mayo de este año, con el propósito de aliar a esa entidad política al PRM.
Cambio escenario
La dirigente política consideró que el presidente Abinader sabe que la alianza entre el PLD, la FP y el PRD cambió el escenario político del país y ha debilitado sus posibilidades de ganar las elecciones presidenciales del 2024 en primera vuelta.
“Ninguna encuesta le da ganancia en primera vuelta”, afirmó Camilo, refiriédose a las aspiraciones reeleccionistas de Abinader.
“Le ha pegado duro la alianza”, dijo, tras señalar que esos esfuerzos por la repostulación de Abinader se produce en un momento en que hay en el país una crisis de servicios y alta criminalidad.
“Esa alianza los tiene desorientados, no saben qué hacer”, expresó sobre el equipo de Gobierno.
“Lo tiene desorientado, no sabe qué hacer. No es más que reafirmar que ese grupo estaba haciendo causa con el Presidente y querían ganar la convención y presidencia del partido para hacer alianza con el PRM.
Los dirigentes Fiquito Vásquez y Junior Santos afirmaron ayer en rueda de prensa que se marchan del partido blanco, con unos 120 dirigentes de esa entidad política.
Alegaron que el líder de ese partido, Miguel Vargas Maldonado, violenta los estatutos internos, imponiendo su criterio, abusando de la militancia perredeísta y dando un carácter de empresa a la institución.
