Se declaró culpable y en una negociación con los fiscales, decidió testificar
NUEVA YORK.- El pandillero de Los Trinitarios, Kevin Álvarez, admitió entre sollozo ayer lunes en el juicio que se le igue junto a otros cuatro acusados por el asesinato del estudiante dominicano Lesandro Guzmán Feliz (Junior), que él participó en el brutal homicidio, y señaló a sus cómplices a quienes identificó por sus nombres y apodos en clave de pandilleros.
Álvarez, quien se declaró culpable y en una negociación con los fiscales, decidió testificar en el estado contra sus compañeros de ganga, dijo ante el jurado que antes de ser asesinado, Junior, les rogó aclarándoles que no pertenecía a ninguna pandilla y que estaba desarmado.
Pero, a pesar de los ruegos, Álvarez, sostuvo que él fue uno de los pandilleros que arrastraron a Junior fuera de la bodega, en la calle 183 Oeste y la avenida Bathgate, en El Bronx, el 20 de junio de 2018.
Dijo que está “arrepentido” y que esa noche, él conducía el carro de su madre, porque la pandilla “estaba de cacería”.
Secándose las lágrimas, el pandillero detalló todos los movimientos del enjambre de asesinos que ultimaron al muchacho.
Álvarez, que residía en El Bronx, fue arrestado y acusado en junio de 2018 de homicidio en segundo grado, homicidio involuntario, agresión en pandilla y agresión agravada.
En el juicio, se juzga en una primera fase a los cinco sindicados como los matadores directos de Junior, mientras los otros 9, serán enjuiciados posteriormente.
Hablando con una voz quebrada, el pandillero afirmó que estuvo en Los Trinitarios durante cuatro meses y antes del asesinato de Junior.
Relató que antes entrar a la pandilla, estuvo en el ejército de Estados Unidos y estudió un semestre en una universidad. Añadió que a sabiendas, de que se estaba involucrando en un grupo criminal, decidió ser miembro de la pandilla.
Narró que la noche del asesinato de Junior, Guzmán él entró a la bodega para persuadir a la víctima para que saliera del negocio.
“Junior no era parte la célula Sunset de los Trinitarios”, dijo Álvarez, añadiendo que el adolescente asesinado, les suplicó que lo dejaran tranquilo.
Dijo que para ejecutar su sangrienta cacería, los pandilleros, utilizaron cuatro vehículos.
Usó su carro para bloquear la persecución de la pandilla y permitir que Junior, herido de muerte, buscara de ayuda en el hospital Saint Barnabas, camino al cual, colapsó en la acera para no levantarse más, después de recorrer tres cuadras en un intento por llegar vivo al nosocomio.
La madre de Junior, Leandra Feliz, restó credibilidad al arrepentimiento del pandillero, cuestionando que porqué Álvarez, se unió a los asesinos y fue uno de los que lo arrastró fuera de la bodega, donde lo mataron.
“Mi niño inocente y desarmado, les suplicó por su vida, pero ellos no tuvieron piedad”, dijo la madre.
Fuente: CDN