No era la favorita. Todos apostaban a Roma, de Alfonso Cuarón. Entonces, ¿por qué ganó Green Book? Al margen de las cualidades de la película que protagoniza Viggo Mortensen, hagamos una hipótesis.
El sistema de votación en el rubro implica que los votantes numeren de 1 a 8 a las películas candidatas. No basta con tener muchos “1”, si después recibe muchos “5”. Un filme con varios “2” o “3”, entonces, resulta ganador.
Primero fue el Oscar a mejor actor de reparto, para Mahershala Ali. Luego, el de mejor guión original. Pero cuando Roma ganó el premio a la mejor película en idioma extranjera era obvio que el filme de Cuarón no iba a llevarse también la estatuilla a mejor película.
Era mucho.
Así que ganó Green Book, la película que en las previsiones gustaba más a los miembros de la Academia de Hollywood.
Ya lo dijimos. Roma es un filme extranjero -por ende se exhibe con subtítulos en los Estados Unidos-, y en blanco y negro.
Era mucho.
Green Book, también una muy buena realización, aborda el racismo, toca la homosexualidad. Y es una feel good movie, la película que hace sentir bien a los espectadores.
No pudo ser para Cuarón, tampoco para Netflix, que no la produjo, por lo que no es una película de Netflix, por más que Roma se vea por streaming, porque se la compró a Cuarón ya terminada.
¿Qué hubiera pasado si Roma ganaba como mejor película? ¿Cuál era el mensaje de la Academia a las grandes casas de producción hollywoodense?