Corea de Norte probó el que posiblemente sea su misil balístico intercontinental más grande el jueves en dirección al mar, según sus vecinos, incrementando lo que está en juego en una campaña de presión para obligar a Estados Unidos y a otros rivales a que la acepten como potencia nuclear y le retiren las duras sanciones que enfrenta.
El lanzamiento extendió la amplia serie de pruebas de armas de Pyongyang este año. Se llevó a cabo después de que las fuerzas armadas de Estados Unidos y Corea del Sur advirtieran que el gobierno norcoreano estaba preparando un vuelo de un misil balístico intercontinental nuevo y grande que fue dado a conocer en octubre de 2020.
Las fuerzas armadas de Corea del Sur respondieron con maniobras de sus propios misiles armados lanzados desde tierra, un caza y un barco, lo que pone de relieve una reactivación de las tensiones en un momento en que las negociaciones nucleares continúan congeladas. Seúl dijo que confirmó su presteza para efectuar ataques de precisión contra puntos de lanzamiento de misiles de Corea del Norte, así como contra instalaciones de mando y apoyo.
Linda Thomas-Greenfield, embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, dijo a la prensa que su país convocó a una reunión abierta del Consejo de Seguridad para abordar el lanzamiento y prevé que se realice el viernes.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur indicó que el misil balístico intercontinental disparado por el gobierno norcoreano desde la zona de Sunan, próxima a la capital Pyongyang, se desplazó 1.080 kilómetros (670 millas) y alcanzó una altura máxima de 6.200 kilómetros (3.850 millas). Al parecer el misil fue lanzado con un ángulo elevado para evitar que cayera en aguas territoriales de Japón.
El viceministro de Defensa japonés, Makoto Oniki, dijo que los detalles del vuelo dejan entrever que se trata de un nuevo tipo de misil balístico intercontinental.
“Es una irresponsabilidad imperdonable. Condenamos resueltamente esta acción”, dijo el primer ministro japonés Fumio Kishida tras arribar a Bélgica para asistir a las reuniones del Grupo de los Siete.
El misil voló durante 71 minutos antes de que posiblemente cayera cerca de aguas territoriales de Japón frente a la isla de Hokkaido, dijo el secretario del gabinete de Tokio, Hirokazu Matsuno.