Laika no era una perra cualquiera. El animal, que falleció el lunes por causas naturales a los 12 años de edad, rescató a una persona viva y localizó siete cuerpos en los terremotos de Ciudad de México y en el estado de Morelos el 19 de septiembre de 2017.
De raza malinois, la perra integró el cuerpo de Binomios Caninos de la Policía de Proximidad (Proxpol) del municipio de Escobedo, en el estado de Nuevo León. Además de rescatista, también realizaba labores de detección de drogas y armas.
Tenía un compañero canino, Drago, con quien llevó a cabo numerosas operaciones a nivel local.
En 2020, la retiraron del servicio y fue adoptada por una familia, que relató a la prensa local que el fallecimiento de Laika fue repentino y que los días antes de su muerte el animal estaba contento.
Miembros de Proxpol se trasladaron hasta el hogar donde vivió la perra sus últimos años para recoger sus restos y trasladarlos a las instalaciones de la Dirección de Protección Animal.
En un video se observa a los agentes llevándose al animal, cubierto con una sábana, en una camilla en medio de los aplausos de un grupo de personas allí reunidas.