El lunes la familia Montero se levantó con la noticia de que tres de sus miembros habían fallecido a causa del «Monday», un vaso de alcohol que se presume estaba adulterado.
Los residentes de la calle Engombe en el sector de Bayona, dicen que la bebida era traída desde el kilómetro 12 de Haina por uno de los que hasta el momento está interno de gravedad.
De acuerdo a los detalles el hombre vendía el alcohol en RD$125 pesos.
Ariel Montero, Saida Montero y María Magdalena Montero, son las victimas mortales de esta bebida.
Ariel Montero, cumpliría este martes 29 años, fue el primero en fallecer, luego de que el pasado Sábado Santo ingiriera el alcohol que se presume contenía metanol.
Su madre aseguró que como cuando tomaba alcohol vomitaba, le parecieron normaales los síntomas, pero al continuar con los augurios se dirigió al hospital donde falleció.
“Un muchacho que también esta interno junto a su esposa, iba a comprarlo a un lugar. Por aquí primera vez que se ve esto, yo quiero que se haga justicia”, dijo devastada Francis Otaño, madre de Ariel.
Saida Montero, de 42 años, era tía de Ariel, y también falleció luego de tomar “Monday”. Su esposo, Ambioris Sánchez, explicó que se encontraba en el interior del país y regresó a Santo Domingo a enterrar a su cónyuge, y ver a Javier Montero, uno de sus hijos que hasta al momento se encuentra interno en el hospital los Girasoles también por la ingesta de este líquido.
María Magdalena Montero, de 47 años, es otra de las víctimas mortales que cobró la bebida. Otros miembros de la familia Montero como Deny, de 44 años, se encuentra interna de gravedad, al igual que otros que consumieron la bebida.
“Los médicos me dijeron que ya vaya preparando a mi sobina Deny Montero, que sea Dios que se encargue, pero deben ponerse fuertes las autoridades con este tema”, indicaron sus familiares.
Relataron que pasadas cinco horas de fallecer Ariel Montero, estuvieron buscando a otra de las ahora fenecidas, que sabían había ingerido el alcohol, para trasladarla a emergencias, pero que al parecer ella continuó con otras amistades en celebración por lo que “ya era muy tarde, y cuando llegó la sacaron al hospital y en el camino falleció”.
“El primero que murió no duró mucho, desde que llego al hospital ya estaba de colores” dijo otro de los residentes de Bayona.
Según los vecinos de los fallecidos la persona que comercializaba las bebidas las compraba y revendía por el sector, aseguraron que una vez se terminaba con una llamada volvían a abastecerse.
