Debido a las quejas de varias universidades por la poca cantidad de alumnos que ingresan a estudiar magisterio de “excelencia”, porque no logran pasar las pruebas de evaluación exigidas, el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Mescyt) revisa la meta presidencial que procura formar mejores docentes.
La medida se toma luego del informe de evaluación de la Meta Presidencial sobre Formación Docente para la Excelencia con la que se buscaba preparar 20,000 maestros de excelencia desde 2016, pero solo ingresaron a la formación docente 5,000, egresando 370, de acuerdo a datos del Mescyt.
El 22 de diciembre de 2020, el ministro Franklin García envió una carta a los rectores de las instituciones de educación superior en la que solicitó que “solo se planifique el primer cuatrimestre o trimestre con la normativa 09-15”, y que en aquellos casos en que aún no se haya iniciado la formación de maestros, “se abstengan de programar e iniciar nuevas carreras con la citada normativa”, hasta tanto se entregue el informe de evaluación de dicha meta, pautada para marzo pasado.
La normativa 09-15, aprobada y publicada en diciembre de 2015, obliga a las instituciones de educación superior a garantizar las competencias a los futuros docentes en las áreas pedagógicas, curriculares y en gestión escolar.
Establece con carácter obligatorio y sin excepción, un examen de admisión para cada estudiante que aplique a carreras relacionadas a la formación docente, para medir si los aspirantes poseen las competencias para iniciar estudios a nivel superior en esa área.
En los últimos años, y a raíz del cumplimiento de la Ley 66-97 que destina el 4 % del Producto Interno Bruto para la Educación, la formación docente ha sido un tema de discusión, bajo la premisa de que es imposible el ejercicio competente de la profesión docente sin una formación adecuada y de calidad.
La meta presidencial “Formación Docente de Excelencia de la República Dominicana”, de la gestión de Gobierno 2016-2020, es la culminación de un proceso de reformas educativas que emprende el país en los últimos 15 años con la finalidad de mejorar la calidad de la educación que reciben los alumnos y que ha adquirido el carácter de política pública.
La viceministra de Educación Superior, Evarista Matías, declaró a Diario Libre que un grupo de universidades –que no identificó– le notificó que tenían problemas con la formación docente y que algunas cerraron esa carrera. Dijo que comunicó la situación al ministro y sugirió que la meta presidencial requería un estudio evaluativo.
“En la transición, la exministra Alejandrina Germán entregó un informe de gestión y lo analizamos, y encontramos que la Meta Presidencial sobre Formación Docente para la Excelencia fue preparar 20,000 maestros de excelencia, sin embargo, solo ingresaron a la formación docente 5,000 personas. Más adelante nos informaron que solo habían egresado 370 maestros”, explicó la viceministra.
Aseguró que este proceso es un ente no prejuiciado del estudio, y que no puede adelantarse a lo que arrojará.
Dentro de la citada meta presidencial, y para garantizar que los maestros se integren con mejores calidades al sistema educativo, se comenzó a aplicar la Prueba de Orientación y Medición Académica (POMA), aprobada por el Mescyt e incluida en la normativa 09-15.
Es una prueba obligatoria, que evalúa la inteligencia académica de los postulantes a estudios universitarios en esta rama.
Luego, y a partir de la normativa 09-15, se incorporó otra evaluación con estándar internacional: la Prueba de Aptitud Académica (PAA) del College Board, que pone exigencias mayores para la entrada a la carrera docente para la excelencia.
Los estudiantes, para el acceso a las carreras de formación docente, además de haber alcanzado la puntuación criterio de POMA, deben tener una sumatoria de las tres subpruebas de la PAA (razonamiento verbal, razonamiento matemático y redacción indirecta) igual o mayor a 1,350 puntos.
De esas tres subpruebas, dos deben ser igual o mayor a 450 puntos (aunque una pueda estar por debajo de 450, la misma deberá tener un puntaje mayor a 330 puntos).
Desde enero de 2016 a noviembre de 2019 han participado en la POMA 105,257 aspirantes a titulaciones de formación docente. De ellos, 50,951 (48.41 %) han alcanzado la puntuación criterio.
En relación a la PAA, entre 2016 a noviembre de 2019, se evaluaron 29,410 candidatos para carreras de formación docente, 9,594 (32.62 %) de estos alcanzaron la puntuación requerida.
El “Informe de Sistematización de la Meta Presidencial Formación Docente de Excelencia en República Dominicana sobre la Normativa 09-15”, que entregó en agosto de 2020 la pasada titular del Mescyt a las nuevas autoridades, refiere que el porcentaje de aprobados en la PAA dista significativamente del total de aprobados en la POMA.
“Esto quiere decir que un número importante de aspirantes a las carreras de educación finalmente no accede a las mismas por no alcanzar la mínima puntuación permitida, produciéndose entonces un significativo descenso de matrícula en algunas universidades”, se analiza en el informe.
De acuerdo al documento, estos resultados condujeron al Mescyt a revisar los criterios de evaluación de la PAA para, a partir del 2019, implementar algunos cambios que lograran una mayor flexibilidad en el ingreso de los estudiantes. En concreto, hubo un reajuste en la ponderación de los tres componentes de la PAA. Esto se acordó porque se entendió que había estudiantes brillantes que se quedaban fuera por obtener menos de 450 puntos en uno de los tres componentes.
La decana del Área de Ciencias Sociales y Humanidades del Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC), Dalul Ordehi González, favorece que se mantenga la normativa 09-15, que ha contado con el consenso de la comunidad de educación superior dominicana.
“Una de las principales diferencias de la normativa vigente y de la anterior son los requerimientos de ingreso a las carreras”, dijo. “Anteriormente entraba todo el que quería, sin parámetros consensuados”.
Explicó que inicialmente se formaban docentes de Educación mención Física o mención Química y ahora es al revés; se tiene a un Licenciado en Física con mención en Educación Superior, que tiene todas las competencias disciplinarias y el valor agregado de desarrollar las habilidades como docente que le permiten transmitirla a sus estudiantes.
Diario Libre intentó conseguir una opinión del ministro García Fermín sobre la revisión de la meta presidencial, pero no se pudo obtener.
Con el fin de incrementar el número de estudiantes que superan la PAA, algunas instituciones de educación superior han optado por realizar cursos de nivelación, dirigidos a ayudar a los estudiantes a prepararse para la prueba. Estos cursos contribuyen, a su vez, a fortalecer competencias fundamentales para el ejercicio docente como, por ejemplo, las competencias lectoras y de razonamiento lógico matemático y verbal.
Patricia Matos Lluberes, decana de la Facultad de Humanidades y Educación de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (Unphu), explicó que cada universidad fue formada para que pudiera diseñar los planes de estudio con los requerimientos necesarios.
“Hay una normativa pasada, de 2011, donde las formaciones eran orientadas a educación. Por ejemplo, un profesor de Matemáticas también era de Física, mención Física y Matemáticas, y al hacer un estudio, se hablaba de que el profesor no conocía el contenido de lo que enseñaba, y se trató de hacer un balance entre lo que es la formación especializada, y un bloque de materias alineadas a lo que es la parte de sicología y educación”, dijo.
Recalcó que el programa de excelencia es muy valorado y los resultados son: los egresados son jóvenes muy diferentes y tienen otras capacidades, ha variado el perfil anterior que solo pasaba la prueba POMA y se va a las escuelas con una mirada crítica y reflexiva, requerimientos del sistema educativo actual.
Fuente: Diario Libre