Más de 100 bases de taxis livery o sin medallón, la mayoría de capital dominicano, han cerrado sus puertas en los cinco condados de Nueva York, desde 2015, por las operaciones de Uber y Lyft ya que estas empresas de transporte por aplicaciones ofrecen precios económicos al público.
Ambas empresas, que poseen privilegios por parte de la Comisión de Taxis y Limosinas (TLC), manejada por el alcalde, se han visto obligadas también a reducir drásticamente la nómina de sus choferes afiliados.
Según las estadísticas de la Comisión de Taxis y Limosinas (TLC), en este año 2019, 46 bases ubicadas en el Alto Manhattan, El Bronx, Brooklyn, Queens y Staten Island, las principales zonas urbanas de la ciudad, han salido del mercado al no poder soportar los altos costos operacionales, las multas de miles de dólares del ayuntamiento y el asedio de los oficiales de las agencias reguladoras del transporte.
La industria livery, que una vez se vio como una de las florecientes y rentables de Nueva York, similar a los taxis amarillos (con medallón), también se ha visto afectada por las tarifas de los llamados Boroughs Taxis o carros verdes.
De acuerdo con datos oficiales, en el 2015, hubo cerca de 22.000 taxis livery en Nueva York, mientras que en la actualidad existen aproximadamente 9.600, pese a que la compañía aún ofrece viajes a los aeropuertos.
En 2018 el Comité de Transporte del Concejo Municipal, dirigido por el concejal dominicano Ydanis Rodríguez, un extaxista livery, limitó el número de licencias de vehículos con el objetivo de descongestionar las calles de la ciudad y para supuestamente aumentar las ganancias de los choferes.
Sin embargo, la mayoría de frecuencias han tenido que abrir negocios colaterales en los locales en los que operan, tales como salones de eventos, talleres de reparación y mecánica, barberías y agencias de viajes y envíos, cafeterías y restaurantes para poder ayudarse con el pago de la renta.
La medida anteriormente mencionada favoreció a Uber y Lyft. Estas empresas están exigiendo licencias propias y ser exoneradas del pago de impuestos y otros recargos. Asimismo, alegan que no pueden sustituir a los choferes que se retiran o abandonan el oficio para dedicarse a otros trabajos.
Bases como Súper Class en El Bronx, Riverside y Seaman en el Alto Manhattan, y otras tuvieron que reducir la cantidad de sus choferes y flotillas de entre 300 a 400 a 250 y menos.
Muchos de los representantes de las bases livery vaticinan que están “en la puerta de una crisis nunca antes vista en perjuicio de esa industria”.
La entrada de Uber y Lyft forzó a que las bases más grandes como Riverside, Firts Class, High Class, Elegante y otras tuvieran que modernizar sus sistemas y adecuarse al desarrollo tecnológico y digital con el uso de tabletas en vez de los antiguos radios y aplicaciones celulares, a través de las cuales informan al pasajero el tiempo de llegada y las características del carro.
La situación afecta a las comunidades marginadas especialmente en barrios de inmigrantes, cuyos usuarios son el soporte principal de las bases sin medallón.
El portavoz de la TLC, Allan Fromberg, dijo que el debate sobre el otorgar licencias especiales a los taxistas de Uber está comenzando.
El comisionado interino de la agencia, William Heinzen, admitió que hace unos días, en una audiencia del Comité de Transporte del ayuntamiento que los taxis livery, que atraviesan un momento difícil, pero aseguró que están exceptuados de algunas de las nuevas regulaciones que afectan el servicio por aplicaciones como el límite de tiempo y las tarifas en áreas preestablecidas.
El funcionario afirmó que la TLC ha reducido las penalidades a los taxistas livery y que está de acuerdo con que se discuta y revise la situación de esa industria.
Asimismo, el concejal Rodríguez, está reclamándole a la alcaldía que anule las deudas por multas de millares de dólares impuestas a los taxistas livery por los policías de la TLC.
Rodríguez mantiene la posición de exigir respeto y consideración para los choferes de esa industria.
Alix Anfang, una portavoz de Uber, dijo que la compañía no está a favor de una licencia especial para los taxis livery.
“Aunque estamos de acuerdo con que las medidas del alcalde Bill de Blasio están perjudicando a los conductores en toda la ciudad esta propuesta limitaría la oportunidad y decisión de los choferes de asociarse con diversas bases y empresas”, dijo.
Otra de las regulaciones de la TLC que limita el alcance operativo de los livery es que sus choferes no pueden recoger pasajeros en las calles sin que se les haya asignado zonas específicas como sucede c los taxis verdes.
Hasta ahora, los taxis amarillos son los únicos autorizados para recoger pasajeros en cualquier zona de Manhattan, mientras los verdes lo hacen en áreas designadas, que excluyen las zonas turísticas y los hoteles de la ciudad.
Fuente: Diario Libre