El líder de la minoría republicana del Senado de EE.UU., Mitch McConnell, ha propuesto a sus colegas demócratas retrasar el juicio político a Donald Trump hasta febrero, para dar tiempo al exgobernante a hacerse con un equipo legal que le represente.
McConnell confirmó este jueves la petición y preguntado por los periodistas si había recibido ya una respuesta aseguró que «todavía no», pero que las conversaciones seguían abiertas.
Aunque McConnell no dio detalles de las conversaciones, además de la posible fecha del juicio político a Trump los contactos se centran en el formato en el que se celebrará el proceso, según fuentes cercanas a las negociaciones citadas por los medios locales.
A diferencia del primer juicio político al que fue sometido Trump, el pasado año, el Senado contará en esta ocasión con mayoría demócrata, por lo que serán estos los que decidan a la postre el formato del proceso contra Trump.
En el primer juicio, centrado en las presiones de Trump a Ucrania para perjudicar al que veía ya entonces como su principal rival político, el ahora presidente Joe Biden, McConnell, entonces líder de la mayoría republicana, se negó a la comparecencia de testigos propuestos por los demócratas.
Horas antes, el «número dos» de la nueva mayoría demócrata en el Senado, Dick Durbin, había anticipado que el juicio político a Trump en el Senado podría activarse en «uno o dos días», ya que es una cuestión que siguen considerando una prioridad a pesar del traspaso de poder a Biden este miércoles.
«El presidente debe rendir cuentas», dijo Durbin a los periodistas.
Pero la presidenta de la Cámara de Representantes, la también demócrata Nancy Pelosi, encargada de enviar oficialmente al Senado los artículos para activar el juicio político en el Senado, se negó hoy a anticipar cuándo lo haría.
El miércoles de la semana pasada la Cámara de Representantes aprobó, con el apoyo de diez representantes republicanos, someter a Trump a un segundo juicio político por su responsabilidad en el asalto al Capitolio llevado a cabo por sus seguidores el pasado día 6, en el que murieron cinco personas, incluido un policía.
Trump, que se ha convertido así en el primer presidente de EE.UU. en ser sometido a dos procesos de este tipo, ha sido responsabilizado por los legisladores del asalto al Capitolio por arengar previamente a sus seguidores y pedirles acudir a la sede del legislativo a defender sus derechos y demostrar su fuerza.
Cuando se produjo el ataque, los legisladores celebraban una sesión para certificar los votos electorales obtenidos por Biden y por tanto para confirmar su victoria, ante las reiteradas denuncias de fraude de Trump, que no logró demostrar.
Pese a que el juicio ya no puede suponer la destitución de Trump, ya que este miércoles cesó en el cargo, una condena podría conllevarle ser inhabilitado para ocupar puestos públicos en el futuro.