Un incendio forestal al sur de Boulder que obligó a casi 20.000 personas a dejar esa zona de Colorado se encontraba controlado en un 35% para el domingo en la tarde, por lo que la mayoría de las órdenes de evacuación han sido levantadas, informaron funcionarios del Departamento de Bomberos de la ciudad.
El fuego, que comenzó el sábado, llegó a estar a 914 metros (1.000 yardas) de viviendas en las afueras del oeste de Boulder, declaró Mike Smith, jefe de una unidad antifuego. No se reportaron víctimas ni daños en residencias, añadió.
Un rápido combate inicial a las llamas, “combinado con las otras medidas de mitigación que hemos aplicado en la zona, es una de las razones por las que hemos tenido tanto éxito”, señaló Smith el domingo.
Los bomberos también usaron aeronaves y colocaron barreras antifuego cerca de viviendas en las colinas al sur de Boulder, añadió el funcionario.
La zona de evacuación fue reducida el sábado por la noche para que abarque a unas 1.700 personas y 700 residencias, un descenso de las aproximadamente 8.000 viviendas que abarcaba horas antes. Funcionarios del departamento de bomberos esperaban permitir el regreso de más personas el domingo conforme el área vuelve a ser segura, indicaron las autoridades. Se preveía la llegada de más información el domingo por la noche para aquellas personas que continúan evacuadas, declaró Smith.
Las labores del domingo se centraron en reforzar las líneas de contención y asegurarse de que el fuego no se extendiera hacia Boulder ni al parque estatal del cañón Eldorado, dijo Smith. Las cuadrillas trabajaban para contener el incendio dentro de una zona de rocas y nieve.
“Hoy fue un buen día”, comentó Smith durante una conferencia de prensa el domingo mientras un helicóptero sobrevolaba la zona. “Esta mañana estuvo un poco más fría, el viento estuvo un poco más tranquilo y conforme el día avanzaba nos alegró ver que algunos de los vientos pronosticados nunca llegaron”.
El nivel de contención aumentó de 21% el domingo por la mañana a 35% por la tarde, mientras que la zona consumida por las llamas permaneció igual, de unas 77 hectáreas (189 acres), declaró Smith.
El fuego quemó algunos árboles y pastizales secos a poca distancia de donde se originó un incendio a finales de diciembre, avivado por fuertes vientos, el cual consumió 24 kilómetros cuadrados (9 millas cuadradas) y destruyó más de 1.000 residencias.