Además de los humanos, se ha documentado una amplia gama de animales salvajes, domésticos y cautivos que tenido exposición al SARS-CoV-2, incluidos ciervos, visones, nutrias, hurones, hámsteres, gorilas, gatos, perros, leones y tigres. Incluso, se demostró que el virus del COVID-19 detectado en visones de granja causó infecciones directamente en humanos, lo que destaca a este animal como un reservorio potencial de infecciones zoonóticas secundarias.
El SARS-CoV-2 ha experimentado una rápida evolución y se han identificado muchas variantes genéticas, incluidas varias variantes de preocupación. Es que Alfa, Beta y Gamma adquirieron sustituciones en el dominio de unión al receptor (RBD) de la proteína espiga que, según se informó, facilitan la infectividad en ratones y/o ratas en comparación con la cepa pandémica original, lo que plantea una preocupación por el riesgo potencial de transmisiones zoonóticas inversas de variantes emergentes a especies de roedores, incluidas las de ratones y ratas salvajes.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) dicen que la transmisión de animal a humano es rara, pero el investigador principal de un nuevo estudio pidió que se analice más de cerca el virus en ratas para detectar nuevas cepas.
Aunque no sea tan frecuente, los animales pueden transmitir el virus hacia los humanos (Foto: Twitter)
Según este documento, las ratas de Nueva York pueden portar el COVID-19. La reciente investigación que acaba de publicarse en mBio, una revista de acceso abierto de la Sociedad Estadounidense de Microbiología, concluyó que estos roedores neoyorkinos, con una población de aproximadamente 8 millones de animales, son susceptibles, al menos, a tres variantes de COVID. Sin embargo, los CDC insisten en su posición de que la transmisión de COVID-19 de animal a humano es rara, señalando que, en la mayoría de los casos, los animales son infectados por humanos.
No hay “evidencia de que los animales desempeñen un papel importante en la propagación del SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, a las personas”, mantuvo el CDC en su sitio web.
Pero el investigador principal del estudio, Henry Wan, advirtió que los nuevos hallazgos resaltan la necesidad de un examen más profundo del riesgo “en poblaciones de ratas para determinar si el virus está circulando en los animales y evolucionando hacia nuevas cepas que podrían representar un riesgo para los humanos”.
La investigación puso en alerta y demostró preocupación por el riesgo potencial de transmisiones zoonóticas
Más riesgos con las ratas
Wan, director del Centro de Influenza y Enfermedades Infecciosas Emergentes de la Universidad de Missouri, afirmó que el presente estudio “fue uno de los primeros en mostrar cómo las variantes de COVID-19 pueden causar infecciones en las poblaciones de ratas salvajes en una importante área urbana de EEUU”.
Además, los estudios de ratas en Hong Kong y Bélgica encontraron que estaban expuestas al virus detrás del COVID-19, aunque no está claro qué variante. En tanto, en el trabajo de Nueva York, los investigadores realizaron análisis virológicos y secuenciación genómica en muestras de 79 ratas.
Para concretar su investigación, atraparon ratas principalmente en parques de Brooklyn y con el permiso del departamento de parques de la ciudad de Nueva York, particularmente “en y alrededor de los lugares que rodean los sistemas de aguas residuales”.
Los científicos llegaron a sus conclusiones debido al estudio de 79 ratas EFE/Toni Garriga
De las ratas estudiadas, 13 dieron COVID-19 positivo. Luego, los investigadores realizaron un análisis de profundización de virus y determinaron que las variantes Alfa, Delta y Ómicron causaron infecciones en la especie de ratas denominada Sprague Dawley.
”En general, nuestro trabajo en este espacio muestra que los animales pueden desempeñar un papel en las pandemias que afectan a los humanos, y es importante que sigamos aumentando nuestra comprensión para que podamos proteger la salud humana y animal”, escribieron los autores del estudio en su documento.
La expansión del tropismo del huésped del SARS-CoV-2 genera preocupación por el riesgo potencial de transmisión zoonótica inversa de variantes emergentes en especies de roedores, incluidas las especies de ratas salvajes. “En este estudio, presentamos evidencia tanto genética como serológica de la exposición al SARS-CoV-2 en la población de ratas salvajes de la ciudad de Nueva York, y estos virus pueden estar relacionados con los que circulaban durante las primeras etapas de la pandemia. También demostramos que las ratas son susceptibles a variantes adicionales (es decir, Alpha, Delta y Ómicron) que han sido predominantes en humanos y que la susceptibilidad a la infección varía según la variante”, concluyó Wan.