En los días iniciales de la pandemia de coronavirus, los médicos notaron algo sobre las personas que se enfermaban gravemente de Covid-19: muchas eran obesas.
El vínculo se volvió más claro a medida que el coronavirus se extendió por el planeta y se acumularon los datos, y los investigadores siguen tratado de determinar por qué.
El sobrepeso incrementa las probabilidades de desarrollar varios problemas de salud, incluyendo padecimientos cardíacos y respiratorios. Y esos están entre los principales padecimientos que pueden hacer que los pacientes de Covid-19 tengan mayor riesgo de enfermarse gravemente.
Pero existe evidencia de que la obesidad en sí puede aumentar las probabilidades de complicaciones severas de la infección con coronavirus. Un estudio de más de 5.200 pacientes infectados, incluyendo a 35% que eran obesos, encontró que las probabilidades de hospitalización subieron para personas con un índice de masa corporal (IMC) elevado, incluso cuando se tenían en cuenta otros problemas que pudieran ponerles en riesgo.
Los científicos siguen estudiando los factores que pudieran estar influyendo —la forma en que la obesidad afecta el sistema inmunológico pudiera ser uno— pero dicen que se trata de otro ejemplo de cómo la pandemia arroja luz sobre los desafíos en materia de salud pública que ya existían.
La obesidad pudiera ser una razón por la que algunos países o comunidades han sido afectados duramente por la pandemia, dicen estudiosos. En Estados Unidos, la tasas de obesidad entre los adultos ha subido durante décadas y es ahora de 42%.
La tasa es aun mayor entre las personas de raza negra y los hispanos.