a NASA estudiará los procesos geológicos de los primeros cuerpos planetarios que se conservan en la Luna, investigando por primera vez una forma rara de vulcanismo lunar: las cúpulas de Gruithuisen.
Dentrpo del programa Artemis, la investigación Lunar Vulkan Imaging and Spectroscopy Explorer (Lunar-VISE) consta de un conjunto de cinco instrumentos, dos de los cuales se montarán en un módulo de aterrizaje estacionario y tres se montarán en un rover móvil que fabricará una empresa privada para este programa.
En el transcurso de 10 días terrestres (un día lunar), Lunar-VISE explorará la cima de una de las cúpulas de Gruithuisen. Se sospecha que estos domos se formaron por un magma pegajoso rico en sílice, de composición similar al granito. En la Tierra, formaciones como estas necesitan océanos de agua líquida y placas tectónicas para formarse, pero sin estos ingredientes clave en la Luna, los científicos lunares se preguntan cómo se formaron y evolucionaron estos domos con el tiempo.
Al analizar el regolito lunar en la parte superior de una de estas cúpulas, los datos recopilados y devueltos por los instrumentos de Lunar-VISE ayudarán a los científicos a responder preguntas abiertas fundamentales sobre cómo surgieron estas formaciones. Los datos también ayudarán a informar futuras misiones robóticas y humanas a la Luna, informa la NASA.
Una segunda investigación lunar seleccionada por la NASA es el paquete científico Lunar Explorer Instrument for space biology Applications (LEIA), un pequeño dispositivo basado en CubeSat.
LEIA proporcionará investigación biológica en la Luna, que no se puede simular ni replicar con alta fidelidad en la Tierra o la Estación Espacial Internacional, mediante la entrega de la levadura Saccharomyces cerevisiae a la superficie lunar y el estudio de su respuesta a la radiación y la gravedad lunar.
S. cerevisiae es un modelo importante de la biología humana, especialmente en las áreas de la genética, los procesos de división y replicación celular y molecular, y la respuesta al daño del ADN a factores ambientales como la radiación. Los datos devueltos por LEIA, junto con los datos previamente existentes de otros estudios biológicos, podrían ayudar a los científicos a responder una pregunta de hace décadas sobre cómo la gravedad parcial y la radiación real del espacio profundo en combinación influyen en los procesos biológicos.