Todos los hombres que han sido pioneros de grandes cambios sociales, políticos o tecnológicos fueron atribuidos al adjetivo calificativo de ‘locos” y la incredibilidad de una humanidad que se resiste a pesar de ser la más beneficiada. Se designó como “locura” hasta final del siglo XIX a un determinado comportamiento que rechazaba las normas sociales establecidas.
Nosotros podemos citar varios casos a lo largo de la historia donde la creatividad, propuesta de nuevas ideas y procesos le han costado la vida a grandes hombres. Por ejemplo, Galileo Galilei fue asesinado por la iglesia católica por desafiar a la biblia y designar al sol como centro del universo. Sócrates fue asesinado en el templo de Delphi en Atenas, por sus ideas revolucionarias en la filosofía y la envidia de sus homólogos. Cristóbal Colón salió desde Puerto de Moguer hacia la India y descubrió un nuevo continente por su crónica locura, con el resultado del cambio de la normativa histórica.
La República Dominicana no se queda atrás con grandes figuras que a lo largo de su historia han hecho varios sacrificios por el bien común y por defender la soberanía nacional. El primero es el padre de la patria Juan Pablo Duarte, quien era hijo de españoles y contaba con esa nacionalidad por decendencia; utilizó todos los recursos economicos de su familia, sacrificó su vida y emprendió el proyecto nacionalista más grande y ambisioso de una colonia española en el caribe con la sociedad secreta La Trinitaria.
En la era moderna del país, varios hombres con intenciones de sanear el mal del caudillismo llevado en las venas de los nativos indígenas de la isla y mezclada con la tripulación de delincuentes que navegaron con Colón en el 1492; también ha dejado su legado en nuestra historia.
El líder político más grande de la historia dominicana el Dr. José Francisco Peña Gómez, quien tenía padres haitianos y de nacionalidad dominicana, tomó las riendas en sus manos de los movimientos populares en la Universidad Autónoma de Sto. Dgo. (UASD), su participación en la revolución de Abril del 1965; por esto y más se le considera, como una de las figuras más prominentes de la política dominicana del siglo XX. Este que tuvo que enfrentar al ex-presidente Dr. Joaquín Balaguer y las discriminaciones xenófobas de todos los descendientes del abogado Vincho Castillo, le cerró las puertas del Palacio Nacional. La realidad es que no pudo ser presidente y la locura es que el pueblo lo permitió.
Nosotros entendemos que la percepción de cordura que está incrustada en la psicología suicida de algunos que creen en el parasitismo de seguir apostando al Partido de la Liberación Dominicana (PLD), liderando los destinos de los dominicanos en el gobierno. Estos 20 años de promesas incumplidas, riquezas ilícitas de los miembros y allegados de su partido bajo el sufrimiento del pueblo; es más sensato que la locura de llevar al nieto de Trujillo a la presidencia.
Los morados entienden que con dinero cualquiera puede ser presidente del país, y cualquiera es el títere de Gonzalo Castillo, quien tiene la doble nacionalidad canadiense. Gonzalo quien es uno de los hombres de negocios más exitoso, al llevar su compañía de aviación Helidosa a un 1200% de crecimiento mientras este estuvo en la posición de Ministro de Obras Públicas. Ese mismo Gonzalo Castillo (El Penco), que no puede coordinar una idea y transmitirla de igual forma sin que no meta la pata. Este tiene un total divorsio de lo que piensa y de lo que dice; por la desconección de sus ideas. La realidad para algunos dominicanos es que Gonzalo sea presidente y no el Trujillo que termine con la corrupción y lleve orden en el gobierno.
Todavía más aceptable es la realidad de llevar al candidato del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader quien es de ascendencia libanesa y apuesta a su eslogan de campaña #SeVan y #ElCambiova, más que a sus propuestas de su plan de gobierno. Abinader quien sale públicamente a defender la decisión de no darle el 30% de los recursos de la Asociación Fondos de Pensiones (AFP) a 4 millones de empleados, por el tema de la pandemia global del Coronavirus. Este mismo Abinader que suma a Leonel Fernandez, Amable Aristy Castro y Robertico Salcedo a su campaña para generar este tan falso cambio. Al señor Abinader se le olvida que no se puede crear un verdadero cambio en el gobierno, si lleva como aliados a los mismos políticos corruptos que nos tienen jodidos; a pesar de que esta realidad es parte de la normalidad en la sociedad. El pueblo prefiere la locura de que el nieto de Trujillo termine con el borrón y cuenta nueva y meta presos a los peores hijos de la patria.
Las alegaciones y obstáculos en contra de la locura que representa una presidencia de Ramfis D. Trujillo, es la base que confirma que este es la mejor opción para todos. Primero, le cierran las puertas de todos los medios de comunicación. Segundo, le niegan la certificación de su Partido Esperanza Democrática (PED) y su candidatura presidencial por su doble nacionalidad. Tercero, los rumores de internet sobre la malversación de US$5 millones y no hay un valiente que lo someta a la justicia por su falsedad.
Simplemente por el hecho de recibir más ataques que el fallecido Peña Gómez, tanto en lo personal y político confirman que su vocación por servir a los dominicanos es genuina. Por todos estos atropellos los políticos tradicionales están convencidos, le temen y quieren asegurarse de que Ramfis D. Trujillo nunca sea presidente. Esta locura es la mejor realidad para todos los dominicanos incluyendo aquellos que hoy mismo son sus más grandes opositores.