Comienza el show. Una mujer con las mangas levantadas y una baraja de cartas en la mano aparece en escena dispuesta a entretener. Elige a un joven valiente como voluntario y, ofreciéndole el mazo, le pide que elija una carta, que la firme y la devuelva. Entonces comienza el verdadero espectáculo. La maga baraja sucesivamente el mazo con una sola mano, mostrando distintos estilos que cautivan a la audiencia. “Ahora la carta está perdida en el mazo, pero si doy unos golpecitos encima puedo hacer que suba”, dice la maga. Sin embargo, no funciona. Ella se muestra confundida: “Vaya, es que a veces la carta salta demasiado alto”. De pronto, se lleva la mano detrás de la oreja, saca una carta enrollada y se la da al joven. Este la despliega para comprobar con asombro que la carta tiene su firma.