La India superó este lunes a Brasil como el segundo país más afectado por COVID-19, con más de 4,2 millones de casos, además de contar con los récords de contagios diarios más altos del mundo desde el inicio de la pandemia, una marca que asume con su decidido intento por reabrir su economía.
El segundo país más poblado del mundo, con 1,350 millones de habitantes, sigue casi 6 meses después sin alcanzar el pico de su curva de contagios, y con 90,802 casos registra el nuevo récord mundial de propagación diaria, superando su propia marca.
La India muestra, como ningún otro país, el rápido avance del virus, muy por encima de la velocidad de propagación de Estados Unidos que, siendo el país más afectado con 6,27 millones de casos, confirmó hoy 31,395 nuevos pacientes en las últimas 24 horas.
El Ministerio de Salud indio informó hoy, además, 1,016 nuevas muertes a causa del virus, elevando el total hasta los 71,642 fallecidos, que aunque le deja en el tercer lugar mundial con respecto al número de muertes, está todavía muy lejos de Brasil con 126.650 muertos, o de Estados Unidos con 188,937.
Los datos de la Universidad Johns Hopkins señalan una tasa de mortalidad en India del 1,7 por ciento, en la posición 19 en el ránking mundial.
La universidad estadounidense reporta también un bajo número de casos por número de habitantes, con 310 casos por cada 100,000 habitantes, una proporción inferior a la de, por ejemplo, Estados Unidos, con 1,975 por cada 100,000 personas.
Si bien hasta ahora la India no se había enfrentado a una expansión tan rápida de la enfermedad entre su numerosa población, las autoridades continúan destacando su tasa de recuperación que aumenta casi tan rápido como los contagios.
De acuerdo con el Gobierno indio, con más de 69,000 personas recuperadas en las últimas 24 horas, el 77,3 por ciento de los pacientes ya ha superado la enfermedad.
Aunque la curva de contagios disparó su ascenso en junio al tiempo que el país comenzó la desescalada de su régimen de confinamiento impuesto el 25 de marzo pasado, el Gobierno avanza de manera firme en la reapertura de una economía en caída libre.
Según los datos del Ministerio de Estadística indio publicados la semana pasada, el PIB del país cayó en el primer trimestre del presente año fiscal, de abril a junio, al -23,9 %, con datos negativos en casi todos sus sectores económicos, como resultado de las duras restricciones para contener la propagación de la pandemia.
Además de poner en serio riesgo a una de las economías más importantes del mundo, el periodo de recesión supone un grave impacto para la economía familiar del país con la mayor población pobre del mundo.
En la fase 4 del proceso de desescalada, varias de las principales metrópolis indias reabrieron este lunes los servicios de metro, facilitando así el regreso de los empleados a sus puestos de trabajo.
Nueva Delhi, con el mayor servicio de interconexión subterránea del país, reabrió hoy una de sus seis principales líneas de transporte tras más de cinco meses de cierre.
El servicio de la capital india, que reabrió de manera gradual, y que reactivará todas sus rutas antes de que termine la semana, hizo hoy sus primeros viajes en medio de extremas medidas de seguridad.
Los vagones fueron ocupados por debajo de la mitad de su capacidad operativa, permitiendo solo pasajeros en asientos intercalados, y ninguna persona de pie.
Operadores del servicio de metro explicaron a Efe que los tiempos de apertura y cierre de puertas fueron extendidos para permitir que los pasajeros ubiquen sus asientos sin aglomeraciones, lo que en consecuencia demora el total de las rutas hasta en 30 minutos.
V. Kumar, uno de los usuarios que se animaron a regresar hoy al popular medio de transporte, indicó a Efe que a pesar de que el funcionamiento es lento y limitado, el reinicio del servicio permitirá reducir los gastos con desplazamientos alternativos.
Aunque “el servicio es lento, y seguramente llegaré tarde a trabajar todos los días, estoy feliz de poder volver a ir al trabajo en metro”, dijo a Efe el trabajador, como muestra de un sector al que le urge cuanto antes el regreso de la actividad económica.
Durante más de cinco meses, millones de familias indias se han quedado en casa, prácticamente sin ingresos diarios, gastando sus pocos ahorros y a expensas de raciones de arroz y cereales distribuidos por el gobierno.