La Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ) conmemora su 26 aniversario, tiempo en el que han egresado 968 aspirantes de distintos programas de formación, entre ellos 516 jueces y juezas, 369 defensores públicos y de niños, niñas y adolescentes, 52 investigadores públicos y 31 aspirantes a trabajadores sociales, procedentes de diversas universidades a nivel nacional.
Cabe destacar, que de los egresados de estos distintos programas de formación 608 son mujeres, y 360 son del sexo masculino, conforme a los datos ofrecidos por la ENJ.
Un dato relevante es que, desde el año 1998 hasta el 2023, la ENJ celebró 7,718 actividades, con 226,946 participantes en cursos, charlas, conversatorios, seminarios, webinarios, diplomados, conferencias, congresos, paneles, videoconferencias y otros.
Gracias a su rol académico, la ENJ fue acreditada por el Consejo Nacional de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (Conescyt), mediante resolución Núm. 06-2012, del 21 de marzo de 2012, como Instituto Especializado de Estudios Superiores en el área de la judicatura.
Desde 2012 a 2024, esos programas especiales registran 20 promociones, con 562 egresados, con especialidad en Redacción Expositiva y Argumentativa de las Decisiones Judiciales, maestrías en Administración de Justicia Constitucional, en Justicia Especializada, Penal y maestría en Derecho Judicial.
El juez presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), Henry Molina, destacó la consolidación de la carrera judicial, al contar con una Escuela de la Judicatura modelo a nivel nacional, de Iberoamérica y el mundo.
“Son muchos los desafíos que estos tiempos de digitalidad, posverdad y populismo imponen a nuestro Poder Judicial, sin embargo, nos llena de optimismo mirar todo lo recorrido tras la designación de la Suprema del 97, del primer ingreso a la carrera de profesionales y de las 516 egresadas y egresados del Programa de Formación de Aspirantes a Juez desde 2002”, agregó el también presidente del Consejo Directivo de la Escuela Nacional de la Judicatura.
Indicó que la promulgación de la Ley núm. 327-98 sobre Carrera Judicial, creó un hito en la historia de República Dominicana como Estado de derecho y un ejemplo digno por la capacidad de los actores políticos de generar consensos institucionales tras la crisis electoral de 1994, normativa que estableció bases sólidas para la independencia judicial y facilitó el surgimiento de relaciones justas y armónicas dentro de la judicatura.
Dijo que la ley trajo consigo la creación de la Escuela Nacional de la Judicatura (ENJ), dedicada a la formación de los jueces, desarrollando un plan de estudios para facilitar el ingreso con idoneidad de los nuevos miembros a la carrera judicial en 2001, e inició en 2002 el Programa de Formación de Aspirantes a Juez de Paz, el cual es considerado modelo internacional por su nivel de excelencia.