¿Benjamin Netanyahu regresará al poder o el primer ministro centrista Yair Lapid conservará el cargo? Los israelíes votan el martes en sus quintas elecciones legislativas en menos de cuatro años, cuyo resultado mantiene el país en suspenso.
Los colegios electorales abrieron a las 07H00 (hora local) en todo el país y en la disputada ciudad de Jerusalén y se cerrarán a las 22H00 (hora local).
Con el fin de la votación se publicarán los primeros sondeos realizados a pie de urna, seguidos por los primeros resultados oficiales que pueden tener el país en vilo hasta el jueves, cuando se prevé el final del recuento de unos comicios muy ajustados.
Aunque los 6,8 millones de electores inscritos disponen de unas 40 listas para elegir, la decisión se reduce principalmente en dos bandos: el favorable a un regreso del ex primer ministro conservador Netanyahu, juzgado por corrupción, o el partidario de mantener a la joven y heteróclita coalición liderada por el centrista Lapid.
A sus 73 años, Netanyahu, el jefe de gobierno más longevo de la historia de Israel, trata de reunir una mayoría de 61 diputados en los 120 del Parlamento con sus aliados ultraortodoxos y de la extrema derecha, que puede subir a tercera fuerza.
Ante él, Lapid, de 58 años y primer ministro desde julio, quiere convencer a los electores de mantener el rumbo de los últimos meses con su coalición formada por partidos de izquierda, centro, derecha y árabes.
Esta “coalición del cambio” forjada por Lapid y Naftali Bennett echó a Netanyahu del poder en junio de 2021, pero un año después perdió su mayoría en la cámara por la salida de diputados de derecha, lo que provocó elecciones anticipadas, las quintas desde la primavera de 2019.
Los sondeos otorgan al “bloque de derechas” de Netanyahu 60 escaños, uno por debajo de la mayoría, contra 56 para Lapid y sus aliados.
El umbral del 3,25%
Aunque la campaña empezó lentamente, se aceleró en las últimas jornadas con los partidos dándolo todo para convencer a los indecisos y movilizar a sus bases, especialmente en las localidades árabes.
En 2020, los partidos árabes israelíes consiguieron un resultado récord de 15 escaños tras una campaña dinámica bajo una sola lista. Pero esta vez se presentan dispersos en tres candidaturas: Raam (islamista moderado), Hadash-Taal (laico) y Balad (nacionalista).
En el sistema proporcional de Israel, las listas electorales deben obtener al menos 3,25% de los votos para acceder al Parlamento con un mínimo de cuatro escaños. Por debajo de este umbral, los partidos se quedan sin representatividad.
La división de los partidos árabes los pone en riesgo de no alcanzar este mínimo y favorecer la victoria de Netanyahu y sus aliados.
“Sin nosotros, la derecha formará un gobierno mayoritario. Para frenarlos, los necesitamos”, dijo en la recta final de campaña Ahmed Tibi, uno de los dirigentes de la lista Hadash-Taal.
La votación ocurre en un contexto de tensión en Cisjordania ocupada, con dos ataques recientes de palestinos, entre ellos uno que mató a un civil israelí el sábado en Hebrón (sur), una ciudad foco de tensiones con colonos israelíes en su interior y sus alrededores.
Tras una serie de ataques antiisraelíes en primavera, el ejército realizó más de 2.000 operaciones en Cisjordania, un territorio palestino ocupado desde 1967.
Estas operaciones, concentradas especialmente en Yenín y Naplusa (norte), estuvieron acompañadas habitualmente de disturbios y causaron más de 120 muertos del lado palestino, el peor balance en siete años.
“Sabemos que estas elecciones no aportarán un compañero para la paz y, a pesar de esto, decimos a la comunidad internacional que debe exigir al próximo primer ministro israelí que se comprometa a poner fin a la ocupación y al conflicto”, declaró el lunes el primer ministro palestino, Mohamed Shtayyeh.
Este martes, el ejército israelí cerró los puntos de acceso a Cisjordania y la Franja de Gaza salvo para las urgencias “humanitarias”.