El repunte de la inseguridad que vive la ciudad española de Barcelona ha hecho saltar las alarmas en el sector turístico, que teme que pueda perjudicarle en un momento de recuperación, mientras que los turistas que visitan la capital catalana no tienen esa sensación, aunque toman precauciones ante las advertencias.
El director general del Gremio de Hoteles de Barcelona, Manel Casals, en declaraciones a Efe, reclamó a las administraciones que tomen medidas inmediatas para evitar que la capital catalana sufra “una pérdida de reputación” como destino turístico de primer nivel.
Barcelona es una de las ciudades más turísticas de España y el año pasado superó por primera vez los ocho millones de personas alojadas en hoteles, según el Ayuntamiento, de los que el 81 % eran extranjeros.
“Hemos notado el incremento de la inseguridad, que nos preocupa no sólo por el efecto sobre el turismo sino como ciudadanos, y exigimos medidas para darle la vuelta a la situación actual”, señaló Casals.
Además de la mayor presencia de efectivos policiales en los puntos más conflictivos de la ciudad, el presidente del gremio de hoteleros reclamó juzgados especializados en la “delincuencia urbana” para que delitos como los hurtos puedan juzgarse en pocos días, lo que tendría un efecto “disuasorio” y haría bajar la reincidencia.
Un aumento de homicidios y peleas, la proliferación de carteristas en el metro y las zonas más concurridas, junto a un incremento de viviendas dedicadas a la venta de drogas han provocado una “crisis de seguridad” en Barcelona, según reconocen las autoridades locales.
El ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska, elogió hoy la colaboración entre la Policía autonómica de Cataluña, la Policía española y la Guardia Urbana de Barcelona y auguró que “en breve se podrán ver los resultados”.
Pese a que esta crisis ha saltado ya a los periódicos de países emisores de turismo como Alemania y Gran Bretaña o a la alerta lanzada por la embajada de Estados Unidos, Casals aseguró que, de momento, no se han resentido las reservas de los meses de julio, agosto y septiembre, temporada de verano en Barcelona.
Una periodista de Efe entrevistó a una docena de turistas que paseaban por Barcelona y la mayoría no siente que la capital catalana sea más insegura que cualquier otra gran ciudad, aunque toman precauciones como colgarse las mochilas por delante porque han leído sobre los carteristas que operan en algunas zonas y además así se lo han aconsejado en sus hoteles.
“Lo he leído, sí, que Barcelona es la ciudad donde hay más carteristas, por eso nos ponemos el bolso enfrente. Pero de momento no hemos visto nada ni nos ha pasado nada”, explicó a Efe Olga, la hija mayor de una familia rusa que pasa unos días en la capital catalana.
En una terraza, a los pies de la Sagrada Familia, templo emblemático de la ciudad, Barbara, estadounidense, empleada de una aerolínea, afirma que se sentía “muy segura” en Barcelona. “Es como cualquier otra ciudad. Tienes cuidado de tus pertenencias y ya está. No creo que sea más peligroso que otros sitios y yo he viajado por todo el mundo”, aseguró.
En la página de la embajada francesa, Emmanuel, parisina, de visita a Barcelona con sus hijos preescolares, recuerda vagamente haber “leído algo” sobre “robo de carteras o así” en la ciudad, declaró a Efe.
La única turista que vivió un “susto” fue Mónica, de Bolonia (Italia), que este jueves sorprendió a un hombre a punto de abrirle el bolso en el interior de un comercio, relató, aunque finalmente no hubo que lamentar nada.
La actividad turística supone cerca del 15 % del PIB de la ciudad y genera decenas de miles de puestos de trabajo.
Fuente: EFE