Los primeros meses de este 2019 han discurrido con un saldo poco favorable para la foresta nacional que, además de estar afectada por una de las mayores sequías que ha tenido el país en los últimos 50 años y ser atacada por plagas de escarabajos, también sufre de constantes focos de incendios, en su mayoría provocados para dar paso a la actividad agropecuaria.
En los 77 días transcurridos del año se produjeron más de 40 incendios forestales de consideración en el país, según los registros que lleva la Dirección Nacional de Incendios Forestales del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. La cifra es superior a los focos que se generaron el año pasado para la misma fecha, señala Gerónimo Abreu, director nacional de esa dependencia.
Los parques nacionales han sido de los más quemados. Solo en el mes de marzo, las brigadas de control de incendio y de bomberos forestales intervinieron en más de 20 focos originados en el área del Parque Nacional José Armando Bermúdez, entre Santiago Rodríguez y San José de las Matas, en Santiago.
Apenas la semana pasada enfrentaron a seis fuegos simultáneos que se presentaron en San José de las Matas, afectando alrededor de 16 hectáreas (unas 255 tareas).
Otros focos se produjeron en Bahoruco y Los Haitises.
El último fuego forestal se registró el pasado domingo en Guaigüí, La Vega.
“Para esta época ha habido más incendios que el año anterior, sobre todo marzo, que es el mes que más casos tiene. Pero tenemos brigadas en puntos estratégicos para que, inmediatamente surja cualquier incendio, atenderlo”, afirmó Abreu.
La Dirección Nacional trabaja con dos equipos, uno de bomberos forestales compuesto de 22 brigadas a nivel nacional y otro de otras 300 brigadas contra incendios y reforestación.
Abreu señala que, en su mayoría, los fuegos son causados de manera intencional por personas que están interesadas en realizar actividades agrícolas o ganaderas, y recuerda que históricamente el 85 % de los incendios son provocados por el hombre. De los registrados este año, solo cuatro se iniciaron como consecuencia de la caída de cables eléctricos.
La sequía
Abreu aclara que si bien la sequía que padece el país es favorable a la propagación del fuego, los casos ocurridos no le son atribuibles.
“El bosque genera combustible para que se pueda quemar, pero este año no se ha registrado un incendio natural, todo ha sido provocado por el hombre”.
Explica que “la chispa que inicia el fuego no tiene que ver con la sequía, lo que sí influye es el hecho de que no hay humedad y sí mucho viento y eso provoca que cualquier chispa se propague rápido y se convierta en un incendio de magnitud”.
Aunque los reportes de satélites muestran cientos de focos de fuegos en el país en el último mes, Abreu señala que no todos representan un incendio forestal.
“No todo fuego genera punto de calor, a veces, hay incendios que no generan calor. El hecho de que se vea un punto rojo en el mapa (con los que la NASA represente el fuego), no significa que hay un incendio, pues no todos los fuegos son incendios.”
Puso de ejemplo que el pasado viernes se reportaron varios puntos en la zona de Bahoruco donde, si bien han ocurrido algunos focos a nivel de bosque, existe mucha actividad agrícola y se quema pasto y basura que se puede ver en el mapa como un punto rojo.