SANTO DOMINGO. -El abogado Guido Gómez Mazara sostuvo que las Fuerzas Armadas y Policía Nacional durante los años de gestión del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) sufrieron un proceso de resquebrajamiento de su ritmo institucional y la noción de promoción, ascenso y desempeño anduvo divorciada de los méritos y estrechamente vinculado a cuotas políticas y retribución entre los sectores enfrentados dentro de la organización partidaria.
Aseguró que el sentido del cambio político experimentado en el pasado proceso electoral obtuvo respaldo en familiares de muchos guardias y policías que, convencidos de las retrancas, obstáculos y dificultades, ejercieron el sufragio a favor de la candidatura del hoy presidente del país porque su llegada al gobierno provocaría un comportamiento de mayor apego a las reglas institucionales, respeto a la ley orgánica y desmonte de clanes privilegiados.
Para el profesional del derecho, el componente invisible que no está siendo interpretado correctamente en el marco de las últimas acciones de carácter penal que, incluyen a exponentes del mando militar y policial, reside en la protección y esfera de actuación con altísimo nivel de proximidad con figuras del estamento partidario del PLD, en capacidad de extender su gracia en el ejercicio del poder a sus preferidos y conseguirles designaciones que garantizaban ascensos económicos y financieros sin precedentes, pero materia prima que debilitaba la moral del cuartel.
Resaltó que las aciones encaminadas por la PGR en la llamada Operación Caracol expresan los niveles de asociación de imputados con la pasada administración del PLD y el compromiso partidario derivado de que, la gestión que los enriquece, automáticamente estructura un nivel de lealtad partidaria que, ingenuamente la actual administración, no leyó con anticipación para percatarse de que la apuesta institucional y el interés de un mando militar y policial apegado al orden y sin agendas politiqueras representa la aspiración de una nación que necesita de fuerzas armadas y policía nacional al servicio de la patria.
Lamentó que desde los inicios de la nueva gestión del cambio no se interpretara el alcance de coexistir en el desenvolvimiento diario de las instituciones militares y policiales con cuadros uniformados que retratan el proceso de peledeización y revertirlo obliga a dedicar una buena parte del tiempo en desalojar de la mentalidad de los militares y policías del país, su afán por servir a un partido y/o dirigentes políticos como causa esencial de su progreso y desarrollo.