Usted puede vivir sin Instagram. Faltaría más. Ellos —los que lo perdieron todo— también. Sin embargo, la sensación que predomina entre los que un día despertaron y encontraron su cuenta secuestrada es de orfandad, vacío e indefensión. También hablan de desconcierto y confusión al no saber cómo recuperar a sus clientes o al menos impedir que el usurpador los estafe.