El expresidente peruano Alberto Fujimori (1990-2000) fue sepultado este sábado en un cementerio privado de la periferia de Lima tras haber fallecido el pasado miércoles a los 86 años por las complicaciones de un cáncer que padecía.
A la ceremonia fúnebre asistieron los hijos y familiares más cercanos al exmandatario, así como representantes del partido fujimorista, mientras que cientos de sus seguidores permanecieron en otra zona cercana del cementerio.
Luego de que un sacerdote realizara un breve responso fúnebre, los restos de Fujimori fueron depositados en una tumba individual ubicada a pocos metros del mausoleo familiar de Susana Higuchi, su exesposa y madre de sus cuatro hijos.
Antes de la inhumación, Santiago Fujimori, hermano del exmandatario, agradeció las muestras de apoyo de sus seguidores, mientras que Kenji Fujimori, su hijo menor, reiteró su afirmación de que fue «el mejor presidente» de Perú.
Keiko Fujimori, la líder del partido Fuerza Popular que es su heredera política, también agradeció a sus partidarios, y dijo que hoy se comprometen «a construir un mejor futuro, con paz, con tolerancia, con armonía, con sonrisas».
Antes de partir hacia el cementerio, los restos de Fujimori fueron despedidos con honores de Estado en el Palacio de Gobierno de Lima por la actual presidenta de Perú, Dina Boluarte, «conforme a los honores póstumos que se rinden a un exmandatario».
Poco antes fueron llevados desde la sede del Ministerio de Cultura, donde fue el velatorio desde el jueves pasado, al que acudieron miles de personas, hacia el colindante Gran Teatro Nacional, donde se celebró una misa de cuerpo presente.
El Gobierno de Boluarte decretó desde este jueves un duelo nacional por tres días y aplicó el ceremonial oficial, que fue instaurado durante el período de Alejandro Toledo (2001-2006).