SANTO DOMINGO. -Impartir educación sexual no sexista en las escuelas y universidades recomendó la abogada chilena Carolina Jiménez Álvarez para prevenir y combatir el acoso sexual.
La experta internacional dictó la conferencia “Acoso Sexual Callejero” y expresó que es imperativo que los Estado emprendan estrategias de sensibilización y comunicación para que las sociedades aprendan a reprochar y denunciar ese flagelo.
Jiménez Álvarez participó como conferencista en la Primera Jornada Internacional sobre Prevención del Acoso organizada por el Tribunal Constitucional (TC), a través de su comisión de Igualdad de Género.
Dijo que el acoso sexual, en todos sus formatos, es “un castigo a las mujeres por usar el espacio que no les corresponde” y coarta su derecho a disfrutar de las calles.
Consideró que las sociedades han delimitado los espacios públicos para los hombres y los privados, como el hogar, para las mujeres.
Aprobar leyes
Abogó por una educación sexual integral basada en un enfoque de respeto a los derechos humanos. Consideró imprescindible, además, que los congresistas aprueben leyes que sancionen ese mal inhumano.
Mencionó el acoso sexual callejero, el no verbal, el verbal, el físico, el de registros audiovisuales y el que se realiza por medio de persecución, cada uno con sus características.
La actividad estuvo encabezada por Rafael Díaz Filpo, juez primer sustituto y presidente en funciones del TC.
Asistieron, también, los magistrados Manuel Ulises Bonnelly Vega, Lino Vásquez Sámuel, María del Carmen Santana de Cabrera y Eunisis Vásquez Acosta.
Sensibilizar
Alba Luisa Beard Marcos, jueza del Tribunal Constitucional y coordinadora de la Comisión de Igualdad de Género, pronunció las palabras de apertura del el cónclave.
Dijo que la jornada busca sensibilizar a la población sobre la prevención de este flagelo, que afecta a niños, niñas, jóvenes, mujeres y hombres en los espacios públicos.
Asistió Rafael Díaz Filpo, juez primer sustituto y presidente en funciones del TC.
“Es una actividad sin precedentes que esperamos poder replicar en otras ciudades del país, procurando a la vez motorizar el aparato legislativo de la nación a fin de que se regule este flagelo cuya ocurrencia ha venido normalizándose con el paso de los años, provocando que muchos países de Latinoamérica hayan optado por aprobar normas especiales para prevenir y sancionar este tipo de violencia”, dijo.
“República Dominicana no debería ser la excepción”, destacó.