En la madrugada del 11 al 12 de marzo de 1968, hidrófonos emplazados en el fondo del Pacífico detectaron dos explosiones subacuáticas. Midiendo el retardo registrado por cada estación pudieron establecer su origen y probable naturaleza: un submarino acababa de sufrir una terrible catástrofe justo sobre el meridiano 180º, la línea internacional de cambio de fecha, unos 2.000 kilómetros al sudeste de la punta de la península de Kamchatka.