El fiscal que investiga la muerte de George Floyd endureció los cargos contra el policía que lo asfixió y decidió procesar también a los otros tres agentes presentes durante el incidente, tras el cual se desató una ola de protestas que sigue remeciendo ayer miércoles a Estados Unidos.
A cinco meses de las elecciones, las imágenes del policía blanco Derek Chauvin presionando durante nueve minutos su rodilla contra el cuello de Floyd, un estadounidense negro, atizaron el debate sobre el racismo y la brutalidad policial.
Según los documentos judiciales, el agente Derek Chauvin, que la semana pasada fue acusado de homicidio involuntario, será procesado además por homicidio sin premeditación, un cargo que se sumó a los existentes y que conlleva penas más severas.
Además el fiscal imputará a los otros tres policías que estaban en el lugar acusándolos de asistir a Chauvin, y se les imputarán cargos por ayudar e instigar un homicidio sin premeditación.
La familia de Floyd, que había pedido penas más duras y que se responsabilizara a todos los policías presentes en el momento de su muerte, celebró la decisión en un comunicado difundido por su abogado, Ben Crump: “Este es un paso importante hacia la justicia”.
Jefe del Pentágono
La polémica por la gestión de la crisis también creció en Estados Unidos después de que el jefe del Pentágono, Mark Esper, marcó distancia con el presidente estadounidense Donald Trump y dijo que está en desacuerdo con usar a los militares para frenar la multitudinaria ola de protestas.
El lunes, Trump amenazó con desplegar a los militares para “arreglar rápidamente la situación”, pero Esper dijo ayer que cree que las tropas en activo “sólo deberían ser usadas como un último recurso y sólo en las situaciones más urgentes y graves”.
“Siempre he creído y sigo creyendo que la Guardia Nacional es más adecuada para prestar apoyo interno a las autoridades civiles en estas situaciones”, dijo en una rueda de prensa el secretario de Defensa, en referencia al contingente de reservistas.
Trump, que busca la reelección en noviembre, mantuvo su discurso ayer miércoles y pese a las críticas repitió en Twitter su mensaje de “¡Ley y orden!”.
En tanto, las movilizaciones callejeras alcanzaron una dimensión no vista desde la década de 1960 durante las protestas por los derechos civiles, pese a que Estados Unidos es el país más golpeado por la pandemia con más de 106,000 fallecidos y a que el brote sigue activo.
Ayer, cientos de personas se congregaron delante del Capitolio en Washington, luego de que en la noche del martes manifestantes desafiaran el toque de queda en vigor, pero no se registraron desórdenes.
Ataques a la prensa
Más de 100 periodistas han sido objeto de ataques de la policía o de manifestantes desde el inicio de las protestas en Estados Unidos, como resultado de un clima de desconfianza en los medios alimentado por el presidente Donald Trump, pero también de otros factores menos visibles.
Según el sitio Press Freedom Tracker, más de 140 periodistas han sido atacados físicamente en una semana durante las protestas tras la muerte de George Floyd, la gran mayoría por parte de la policía (118), pero también por manifestantes (25).
Esto es más que el total registrado en 2018 y 2019, según la base de datos del mismo sitio.