A finales de la semana pasada, Marileidy Paulino dominó a su antojo en el Campeonato Iberoamericano de atletismo, ganando todas las carreras en las que compitió, sin aparentemente hacer demasiado esfuerzo para lograr sus victorias.
Ya en una ocasión previa, este mismo mes, conquistó una de las competencias de la Liga de Diamantes de World Athletics.
Cada vez que sale a la pista, Paulino hace sentir confianza en que será ella quien se quede con el primer lugar.
En atletismo, la República Dominicana solo ha tenido eso en el pasado en la era dorada de Félix Sánchez, cuando ganó sus dos campeonatos mundiales, la medalla de oro de los Juegos Olímpicos de Atenas e hilvanó una racha de 43 victorias que terminó, con una lesión, el 3 de septiembre del 2004.
Así se ve Mariledy al día de hoy, la número uno del mundo en los 400 metros, a quien se ha visto incursionar en los 200 metros ya sea como práctica, calentamiento o parte de su preparación.
Con el ritmo que lleva, y siempre augurando mucha salud, Paulino debe ser una carta de triunfo para París 2024 y cualquier evento que le preceda.
Ojalá las autoridades del atletismo dominicano tengan la iniciativa de impulsar otras jóvenes parecidas a ella, que se repare la pista de atletismo del Estadio Olímpico Félix Sánchez y que finalmente el deporte dominicano abra los ojos y mire hacia donde es más necesario.
Paulino puede ser quien lidere el paso de muchas y muchos otros que tienen la capacidad de ser más que grandes. Miren a Lidio Féliz, al propio Luguelín, Fiordaliza Cofil, entre otros.
