Se estima que más de un millón de variantes de malware son creadas cada día, software malicioso que busca infiltrarse en redes y sistemas para robar, atacar y secuestrar datos o comprometer empresas completas.
Al día de hoy es tan común, y aparentemente tan lucrativo, que ya se habla de “Ataques como servicio” (AaaS) por lo barato que resulta ofrecerlos a través de una plataforma.
Es por eso que el costo estimado del cibercrimen en la economía mundial alcanzará los 8 billones de dólares para el 2022, con un costo promedio de 4 millones de dólares por robo de datos en el 2020. En el mismo año 2020, los cibercriminales robaron más de 16,000 millones de registros de datos, y ese crimen no es el único al que se enfrentan las empresas de seguridad.
El panorama de la ciberseguridad siempre ha sido sombrío, es una carrera entre criminales y empresas de seguridad que parece no tener fin, pues los avances tecnológicos son aprovechados por ambos bandos y siempre hay nuevos vectores de ataques a todos los niveles, desde el corporativo hasta el personal.