Santo Domingo, RD.
El presidente Luis Abinader rinde cuentas como ningún otro presidente en la historia. No solo habla cada 27 de febrero, como la Constitución establece, también ha puesto como regla la de rendir cuentas cada 16 de agosto, Día de la Restauración, fecha que tiene un fuerte componente histórico pero también político, al ser el día en que el nuevo presidente, elegido un domingo de mayo cada cuatro años, jura en el cargo y asume las riendas del Poder Ejecutivo. Es también una fecha donde surgen rumores de cambios y decretos, esto ya a discreción y estilo de cada mandatario.
Por segundo año consecutivo, Luis Abinader ha rendido cuentas de lo que ha hecho en este 2022, en esta ocasión, desde Santiago de los Caballeros, bajo un fuerte diluvio pero con el compromiso imperturbable de dirigirse a su país, al cual ofreció datos y hechos que hablan de que hemos avanzado, y aunque no como quisiéramos, con conquistas concretas y la claridad de cómo enfrentar los desafíos inmediatos que tenemos por delante.
Vamos a los hechos y a los números. Si no tuviéramos la guerra en Ucrania y la inflación global, el gobierno habría tenido fondos suficientes para construir 400 kilómetros de carreteras. Estamos hablando de unos 48,500 millones de pesos, totalmente necesarios para contener la inflación, pero que han mermado la capacidad de acción del gobierno y del avance más ágil de obras necesarias para el país.
No obstante, los logros son notorios. El país posee las mayores reservas económicas de su historia, con 14.500 millones de dólares; se están construyendo la expansión de las líneas 1 y 2 del metro en Santo Domingo, y en Los Alcarrizos la extensión del metro y el teleférico; y ya se construye la valla fronteriza para ordenar el flujo migratorio desde Haití, así como para la lucha contra el tráfico de armas y drogas. En este momento se avanza con los 54 kilómetros pautados.
En términos generales, están en carpeta 500 obras estratégicas con una inversión de 86,000 millones de pesos. Muchas de ellas ya están avanzadas o comenzando, mientras que 87 ya están finalizadas, en ámbitos como el transporte, salud y educación. Por solo poner un ejemplo, en salud están en ejecución trabajos de readecuación y ampliación de áreas de emergencias en 43 hospitales, remozamiento de áreas de servicios de otros 70 y reparaciones en más de 60 Centros de Primer Nivel de Atención.
Mismo caso cuando hablamos del recurso agua. La presa de Monte Grande está avanzada en un 80%. Para tener una idea, recién en el 2020 llevaba un 41% de avance después de 10 años. En tan solo dos años se ha logrado el doble de esa cantidad, lo que implica que pudiéramos ver la obra terminada hacia el 2023.
Muchas de estas obras necesitan del respaldo del sector privado, de la confianza que otorga la seguridad jurídica y la estabilidad macroeconómica. República Dominicana, a diferencia de otros países de la región, mantiene su paz social y crecimiento económico, atrayendo con ello nuevas inversiones, alianzas público-privadas y la creación de fideicomisos, herramientas que dan certeza de la inversión realizada y una mayor productividad, evitando al mismo tiempo elevar la deuda pública y acudir en demasía a los préstamos.
Como terminó el presidente su alocución de Santiago es como podemos ver el futuro inmediato: “No dejes que te quiten la esperanza, única arma para seguir construyendo un mejor futuro”.
Fuente: https://listindiario.com/economia/2022/08/19/735007/el-cambio-que-prometio