Por: Ramón Antonio Veras.
Estoy totalmente convencido de que a un pueblo como el dominicano de hoy, le resulta sumamente difícil aceptar en su mente cualquier palabra que no sea luchar, bregar, accionar minuto a minuto para buscarse el sustento diario; pero nada quita que en estos momentos cuando se habla de guerra, mandarle un mensaje de alivio.
Por tal razón he creído conveniente hacer este escrito sobre la distensión, en procura de algo de relajación en la conciencia de los que en este país son los más, las masas populares.
Es posible que en la medida que accionamos por un cambio en el modelo económico y social que predomina en el país, exponer algunas ideas que tengan por finalidad contribuir a la preservación de la paz mundial, en una coyuntura en la cual la misma está puesta en entredicho. Desarrollar el tema de la distensión es contribuir a la paz de la humanidad.
Los partidarios de la paz conciben la distensión como un proceso prolongado, multifacético y contradictorio, ya que no es fácil pasar de las sospechas y los temores que caracterizan el período de guerra fría a las relaciones basadas en la confianza mutua y en la disposición de resolver los desacuerdos y los litigios, no mediante la fuerza, las amenazas y las armas, sino en la mesa de las conversaciones y sobre la base de la igualdad, la justicia y la consideración de los intereses legítimos de cada Estado.
La distensión es posible de lograr siempre y cuando se tenga presente que la mayor responsabilidad de impedir la guerra está en la opinión pública nacional e internacional. Haciendo comprender a las mujeres y a los hombres sensatos de que el desarme es requisito necesario para impedir una guerra mundial de tipo nuclear.
De igual manera, las personas buenas pueden ejercer influencia en el desarrollo de acciones que hagan más viva, firme y establecida la distensión, haciendo saber que, o el mundo sigue por el camino de la profundización de la distensión, la renuncia al empleo de la guerra, o será arrastrado a una nueva y peligrosa guerra mundial.
Al luchar por la distensión se toma en cuenta que solo en condiciones de distensión la humanidad puede resolver problemas de tanta importancia universal como el de los alimentos, el ecológico, el de las materias primas, etc.
La distensión afianza la lucha de los pueblos oprimidos, porque en la medida que luchan por la distensión, se está accionando por hacer avanzar la brega por la liberación nacional, contra el colonialismo, el racismo y toda forma de opresión social.
Aprovecho la ocasión para hacer mía la idea que en su oportunidad desarrolló el presidente del Consejo Mundial de la Paz, Romesh Chandra, cuando dijo: “La distensión no es un fruto ni patrimonio de un solo continente. No es un árbol que brota en una parte del mundo y no crece en el resto de la tierra. La distensión hace un considerable aporte a conjurar el peligro de la guerra en todas las regiones del planeta”.
Resulta provechosa la oportunidad para decirle a lo mejor del pueblo dominicano, que es posible combinar la brega por la liberación contra la opresión, por el fortalecimiento de las instituciones democráticas y la felicidad de todas y de todos, con la preocupación por la paz y la distensión.