SANTO DOMINGO. -La Constitución de 1963 promulgada por la Asamblea Nacional el 29 de abril era la más clara expresión del gobierno democrático encabezado por el Profesor Juan Bosch y consta de 176 artículos que resumen un profundo programa social, económico y político de reordenamiento del Estado.
Así lo explicó Euclides Gutiérrez Félix, miembro del Comité Político del Partido de la Liberación Dominicana, en la cuarta entrega de su artículo “La epopeya incompleta”, publicado en El Nacional y Vanguardia del Pueblo Digital.
“La Constitución de 1963 no es ejemplo de redacción y sintaxis, o hasta de ordenamiento metodológico, como lo son otras Constituciones americanas o europeas, pero los objetivos señalados son precisos y definitivos”, agregó Gutiérrez Félix en su citado artículo.
El historiador y dirigente político explica en su escrito, que la Constitución de 1963 constituyó un extraordinario avance para un pueblo que salía de un largo y oscuro proceso de rígida disciplina dictatorial, en el cual el poder y la autoridad de una sola persona usurparon la soberanía popular.
Refirió que el 24 de junio, enfrentado el Gobierno Constitucional al proceso conspirativo y de desafío público al presidente a través de provocadores y agitadores radiofónicos y televisivos, disfrazados de comentaristas noticiosos y políticos, sometido al Congreso Nacional un proyecto de ley que creaba la primera Zona Franca no solamente de América, sino también del llamado mundo occidental.
“Bosch había recibido esa proposición de parte de un importante grupo de inversionistas orientales que le fueron presentados en New York por Amadeo Barletta, rico empresario de origen italiano que había residido en la República Dominicana y que luego, por diferencias con Trujillo, se había visto obligado a abandonar el país, radicandose en Cuba y retornando a Santo Domingo después de la muerte de Trujillo”, subrayó.
El ex asistente personal del Juan Bosch expresó que el segundo artículo del referido proyecto decía: ¨La Zona Franca de Puerto Plata tendrá como objetivo facilitar a empresas nacionales o extranjeras el uso y disfrute de las facilidades del área aislada de la misma, para traer del extranjeros materias primas y productos semi-manufacturados, a fin de terminarlos, ensamblarlos o manipularlos por trabajadores dominicanos, sin los requisitos de las formalidades aduaneras y sin pagar los derechos e impuestos aplicables (…)¨.
Indicó que estas y otras leyes y disposiciones gubernamentales, precedentes y posteriores al mes de junio, no fueron tomadas por los sectores económicos del país, obnubiladas, mareados y enfurecidos por una prédica anticomunista, irrespetuosa y ridícula que se manifestaba cada día con mayor virulencia.