Tras cumplir un mes de prisión preventiva en la asfixiante cárcel de la comunidad de San Luis, en la zona oriental de la provincia Santo Domingo, la exdoble campeona mundial de boxeo, Dahiana Santana Lazil, esperaba volver a casa y juntarse con su hija adolescente y su madre enferma.
El destino le ha dado un golpe muy rudo como el que nunca sintió en cerca de 50 combates profesionales que ha efectuado; su pena, como si fuese una pelea sin límite de tiempo, se sigue extendiendo en traslados sucesivos a diferentes presidios, sin una sentencia definitiva.
Santana Lazil, primera mujer dominicana en ganar una corona mundial de boxeo, fue apresada el pasado 3 de mayo por protagonizar el segundo round de una riña con una exvecina que dos años atrás le propinó varias estocadas con un arma blanca tras una discusión.
En un inesperado reencuentro entre ambas, la dos veces campeona universal del peso pluma le aplicó varios palos en la cabeza a la nombrada Sadelis Vásquez Ledesma, quien estaría recibiendo apoyo de un supuesto coronel de una institución militar.
Según una de sus hermanas mayores, Alexandra, a la atleta que la han “trancado” en el Palacio, en dos destacamentos barriales y en dos cárceles, se la llevaron de nuevo el jueves de forma inesperada desde la provincia Santo Domingo hasta la ciudad de San Cristóbal, región sur del país, a la penitenciaría de Najayo.
Alexandra, quien antecede a Dahiana en la familia Santana Lasil asegura que abusan de su hermana y teme por su vida. “Ella no ha matado a nadie, actuó en defensa propia porque la primera vez esa señora la sorprendió.